Juan 15,9-17 Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros."
Zapatero muy ocupado
Un zapatero anciano que deseaba morir para ir junto a Dios y quería que el Señor le visitara. Una noche escuchó una voz que le dijo: Yo el Señor voy esta noche a visitarte. Con alegría se puso a trabajar.
Al rato entró una señora quejándose de unos niños que la insultaban y le robaban parte de la compra. El zapatero habló con ellos y prometieron no hacerlo más.
Más tarde entró un forastero preguntando por una dirección y lo acompañó hasta el lugar indicado.
Luego entró una niña que tenía el padre enfermo y juntos se fueron en busca de un médico para que lo visitara.
Poco antes de cerrar la tienda llegó un mendigo que quería comer y sació su hambre.
Al cerrar la tienda dijo: el Señor no ha venido, pero hizo su oración y volvió a escuchar la voz del Señor que le dijo: Vine a visitarte en cada persona que ayudaste. Sé que disfrutaste con mi presencia. Estoy muy contento del buen trato que me diste.
Hoy, el Señor en esta Palabra nos dice: Ya no los llamo siervos, sino amigos.
Dios viene a todos
No hace diferencia.
La única diferencia es de que cada uno lo deje entrar.
Porque al cielo ni obligados.
El Señor revela a las naciones su salvación. Salmo 97
Una salvación en el amor.
Pues el amor es de Dios
Y si amamos nacimos en Dios.
Porque Dios es amor. Juan 4,7..
Jesús es el verdadero amigo
Para siempre.
En todo momento.
Son hacer diferencias.
Jesús es el amigo que viene a contarnos su gran secreto.
Y el secreto que nos confía Jesús no es para ser guardado sino para ser publicado a los cuatro vientos.
El secreto de Jesús es el más importante para nuestra vida.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos
Es el amor de Dios Padre.
Por eso hay que permanecer es su amor.
Este Padre nos dio a su hijo para decirnos su amor y para demostrarlo con la prueba de la sangre.
Este es el amor grande y apasionado de nuestro amigo Jesús: murió por amor y sigue vivo y resucitado para seguir amándonos.
Dios es amor y eres amado por Dios.
- Dios es amor y te ha escogido a ti, aunque no le hayas respondido aún.
- Entonces hay que amar con este amor.
- Nada de egoísmo, el encerrarse para convertir ese amor en carne.
Por eso ese amor nos hace hermanos.
- Hermanos porque la sangre de Dios corre por las venas de todos nosotros, sus hijos.
- Hermanos porque el Espíritu Santo nos ha llenado a todos con el mismo amor de Dios.
- Hermanos porque sólo hay un Padre de todos, Dios.
- Y más hermanos cuando cumplimos la palabra de Dios que nos manda: "esto es lo que os mando: que se amen los unos a los otros"
- ¿Cuántos son los mandamientos?
- Siempre decimos que son diez, pero son once. Sí once, ya que a los diez mandamientos de la ley de Dios se ha añadido uno más que engloba los anteriores.
- Quien ama al otro no le miente, no le roba, no le mata...
- La ley del amor engloba todo el bien que podemos hacer y el que hacemos a los demás.
- Si así los viviéramos el cristianismo fuera otra cosa. El amor procede de Dios y debe dar frutos de verdad.
- Para hoy lo que manda es el egoísmo. Un yo que no quiere tomar en cuenta al otro para nada. El yo que quiere imponerse. El yo que quiere surgir caiga quien caiga.
- Pero Jesús, nos enseña hoy, que debemos relacionarnos en amistad y afecto con todos.
- Es doloroso pero el otro poco nos importa. Olvidando que estamos llamados a estar en comunidad para mirar y vivir a todos por igual.
|