2 Reyes 5, 14-17 Volvió Naamán al profeta y alabó al Señor
Salmo responsorial: 97 El Señor revela a las naciones su salvación.
2 Timoteo 2, 8-13 Si perseveramos, reinaremos con Cristo |
Lucas 17, 11-19 ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios? “Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros. Al verlos, les dijo: Id a presentaros a los sacerdotes. Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”
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Sal de ti mismo, y da gracias a Dios!
Lucas 17,11-19
La 1era lectura y el Evangelio hablan de curaciones de leprosos La lepra, en tiempo de Jesús, era una enfermedad contagiosa y, lo que es peor, impura, o sea, expresión de pecado. Era una enfermedad que separaba, discriminaba. Por eso los leprosos vivían alejados, fuera de las relaciones normales, y eran mal vistos desde el punto de vista moral.
Dios salva
La salvación para un enfermo comienza en la curación. Pero hay una salvación más profunda todavía. El evangelio nos invita a descubrirla.
Jesús se queja del desagradecimiento de los leprosos curados.
Es frecuente que nos olvidemos de dar gracias a Dios por los beneficios recibidos.
Somos prontos para pedir y tardos para agradecer.
Hay que pensar en los beneficios recibidos para saber agradecer.
AIRE – AGUA – FAMILIA – TRABAJO – VIDA – POR TODO
Pero sobre todo darle gracias por la fe. Es el mayor tesoro que podemos tener en la Tierra.
Ojalá, en esa fe, podamos morir |
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Lo importante es la acción de gracias a Dios.
Todos tenemos que vivir y morir en Cristo Jesús
Hay que ayudar a los demás hermanos a comprender y vivir esta gran verdad
De aquí que la resurrección de Jesús es determinante.
Por lo mismo, pues, no hay razón para la desesperación. En sus manos está nuestro futuro.
Entonces la verdadera religión: ¡Saber dar gracias a Dios!
Lo hace un extranjero. ¿Y los de la casa qué?
El extranjero, el samaritano sabe que si ha sido curado ha sido por la acción de Dios.
Pero lo importante no es la curación física. Aquí lo que se debe observar es la salvación.
Ellos mientras estaban enfermos vivían juntos. Ahora curados están separados
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Hoy en día no es lepra. Es…
- Sida.
- Homosexualidad
- Político.
- Opositor.
- Rico
- Pobre
- Divorciado
- Incapacitado
- Deforme.
- Autista
- Anciano
- Preso
Es el Dios personal que, con entrañas de misericordia, acoge a todos los desvalidos y a todos los que la sociedad margina en nombre, incluso, de lo más sagrado. |
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Mucho cuidado
Porque una religión sin corazón, sin humanidad, sin entrañas, no es una verdadera religión.
Hay separaciones que son también discriminaciones y rechazos:
Pero la palabra y los gestos de Jesús nos invitan más bien a abrirnos al otro, tanto más cuanto más necesitado esté.
La ley del cristiano: la misericordia sin fronteras
Acoger a los alejados |
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Nuestra comunidad leprosa grita:
¡Queremos justicia!
¡Ya basta de tanta violencia!
¿Dónde están los verdaderos líderes comunitarios?
¿No saquen a Dios de la escuela?
Mis hijos quieren aprender de verdad. |
¿Sabemos escuchar?
¿Pasamos de largo sin importarnos?
Cómo me porte con el pobre – marginado expresa la calidad de la vida cristiana.
Lo obligado no luce. Lo que luce es lo espontáneo.
Nuestra atención al prójimo no es un deber, es expresión de nuestro ser.
Es manifestación de nuestra vida transformada y movida por el Espíritu Santo.
El leproso que regresó para dar las gracias a Jesús es un buen modelo de fe.
Una persona agradecida es una persona a punto de salvarse.
Nuestra vida es un don y nuestra tarea fundamental es la acción de gracias. |
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| Plato Recomendado: |
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POTAJE DE LENTEJAS
Se hace un sofrito de cebolla, pimentón, rojo, ajo y la tocineta picadita. Luego en una olla con agua hirviendo se echan las lentejas, con dos hojas de laurel y a mitad de camino colocarle papas en cubitos y fideos. No permita que se seque
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“Agradecer es uno de los principios más hermosos de todo cristiano”
Padre Marcelo
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