Levítico 13,1-2.44-46 : “El leproso tendrá su morada fuera del campamento”
Salmo 31 Perdona, Señor, nuestros pecados.
1 Corintios 10,31-11,1 : Sigan mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo” |
Marcos 1,40-45 : La lepra se le quitó, y quedó limpio “Un hombre enfermo de lepra se acercó a Jesús y, poniéndose de rodillas, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. Jesús tuvo compasión de él, le tocó con la mano y dijo: Quiero. ¡Queda limpio! Al momento se le quitó la lepra y quedó limpio. Jesús le despidió en seguida, recomendándole mucho: Mira, no se lo digas a nadie. Pero vete, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación la ofrenda ordenada por Moisés; así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad. Sin embargo, en cuanto se fue, comenzó a contar a todos lo que había pasado. Por eso, Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, sino que se quedaba fuera, en lugares donde no había nadie; pero de todas partes acudían a él”
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¡Cuidado! Con tantos desprecios
Hay actitudes muy duras
Era por la tarde. Una chica drogadicta, mal vestida y llena de suciedad y malos olores, extiende su mano en la calle en busca de cualquier moneda perdida, da igual que se la den con amor o por pena, da igual… Otra muchacha pasa a su lado. Está bien vestida. Con su cara hace un gesto de repugnancia al ver tanta suciedad y hedor; la drogadicta le mira y con una voz, nunca vi una voz con tanto dolor y tanta pena juntas, le dice: "¡si no me quieres dar, no me des; pero no me desprecies¡” |
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¿Hay leprosos en Venezuela?
- Ser leproso ayer era asumir no sólo el sufrimiento físico de su enfermedad, sino también la angustia mental y espiritual de estar totalmente desterrado de la sociedad y ser evitado incluso por los suyos.
- Para la Biblia , la lepra era una de las peores enfermedades que podía sufrir una persona.
- Se les echaba del lugar de residencia
- Tenía que vivir solo o con otros leprosos pero siempre lejos de los núcleos de población sana.
Tenían que llevar la ropa desgarrada, la cabeza descubierta y cuando caminaban tenían que gritar: "¡Impuro! ¡Impuro!" |
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Hoy son otras las formas
- Los orates “locos” que caminan las calles.
- Los que viven debajo del puente o el terreno invadido.
- Los que no piensan políticamente igual con los otros.
Hoy tenemos que hablar de SIDA, de homosexualidad, de drogadicción, de ludopatía… y de otras tantas dolencias que arrastran las mismas consecuencias que la lepra de antaño.
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Veamos qué podemos aprender del Evangelio, de Jesús y del leproso
- Jesús no rechazó a esta persona porque fuese un leproso,
- El enfermo llega a Jesús suplicante, poniéndose de rodillas.
- El doliente se acerca a Jesús con una seguridad y una invitación:
"Si quieres, puedes limpiarme…
- Excelente enseñanza para los que dudan del poder de Dios
- La actitud del Señor no es la de reprimenda
- Sino tuvo compasión de él.
Y nos olvidamos que el Evangelio es pureza para los impuros…
Dios -que sigue oyendo "los gritos de auxilio de su pueblo" (Ex. 2, 24) |
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Todos somos leprosos
- Tener conciencia del pecado: "el que dice que no tiene pecado -dice san Juan- es un mentiroso" La idea no es condenar. No podemos separar. La idea es sanar, curar, liberar. Esto se logra con un Jesucristo que extiende la mano al que sufre. Entonces sentirse pecador no es un derrotado que no tiene salvación.
- Claro que el pecado es un mal: por eso todos tenemos que luchar contra ese mal. Cuidado hay dos tentaciones. Una, la del fariseísmo, la de la sociedad hipócrita, la del cristianismo puritano: es dividir a los hombres entre puros e impuros, entre buenos y malos. La otra tentación es la de la permisividad, de la indiferencia, que todo lo considera igual, sin bien ni mal; es la tentación de la sociedad consumista, es la tentación del escepticismo, que no cree que valga la pena luchar contra todo mal.
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Dato muy curioso
Tengo la impresión de que son hoy más largas las colas ante el curandero que ante el médico.
Hay más visitas a la casa del brujo que a la Iglesia.
Muchos buscan el milagro, pero no quieren nada con el Señor de los milagros.
Buscamos a los santos para obtener salud, dinero, amor... y en nada nos importa la vida de los santos y sus enseñanzas.
Dice el Evangelio que salía de Jesús un poder que curaba a todos.
La confianza del leproso es extraordinaria:
- "Si quieres, puedes"
- “Quiero
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Dos realidades donde se encuentran a la vez la terrible situación de un hombre y la gran fuerza del amor. |
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"El que ama tiene cumplida toda la ley" (Romanos 13,1)
- Lo que debe mover al cristiano es el amor y punto.
- Aunque para vivirlo tengamos a veces que actuar, no en contra de la ley, sino superándola.
- El Concilio Vaticano II: "La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla" (Gaudium et Spes, Nro. 16)
- De ahí que el señor le diga al curado: "No se lo digáis a nadie"
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¿Qué le pedimos a Dios?
Nuestras peticiones, todas, son importantes y vitales.
El leproso pidió quedar limpio
Quería volver a entrar a la sociedad. No quería seguir siendo despreciado.
Garcias a Dios que s ele concedió.
Y nosotros, aquí y ahora, ¿qué pedimos a Dios?
Dinero a San Expedito. Novio, novia a san Antonio. Buena vista a Santa Lucía. Salud a San Rafael.
Los discípulos piden al Señor que les enseñe a orar.
En el Padrenuestro que venga el reino a nosotros.
Pero, hoy por hoy, debíamos pedir: quedar limpios del egoísmo, de avaricia, de soberbia, de vanidad. |
Para pensarlo
Comunica a los demás tu encuentro con Jesús. No les pongas encima un peso, comunícales la buena noticia de Jesús. Diles que has encontrado un tesoro. |
Detrás de las palabras. Valora lo que Dios te dio
Un día, caminando por la calle vi a un niño solo y triste, y me dije: Gracias Dios mío porque tengo una familia y amigos; porque jamás he sentido la soledad y el desamparo por los que ese pequeño ha de estar pasando. Seguí mi andar y vi a un niño ciego y dije: Gracias Dios mío porque tengo ojos y veo; porque sé lo que es un amanecer, he visto el arco iris, las estrellas, las flores y la luna, y ese pequeño niño jamás podrá hacerlo.
Reanudé mi caminar y vi a un tercer niño que triste en una silla de ruedas, veía cómo los demás niños jugaban; y por tercera vez agradecí a Dios, ahora por estar sana. Poco antes de llegar a mi destino, vi una luz que se acercaba; era un niño y me dijo algo que jamás olvidaré: Tú me has visto antes y piensas que soy infeliz, que estoy solo y triste; pero te equivocas. Esos tres niños que antes viste eran uno solo. Era yo que tuve que hacerte creer que era infeliz para que tú descubrieras la gran riqueza que posees, en las cosas más simples y sencillas se encuentran los valores más grandes. Cuando veas a alguien como ellos, no pienses en que sufren, sino en que así son felices, porque ellos al igual que tú, han descubierto su riqueza. Pide por ellos y por ti, y agradece a Dios por lo que tienes; y cada vez que tengas la oportunidad, ayuda a otros a descubrir la riqueza que poseen, y el niño desapareció. |
Cada semana, una semilla. El Saco de Plumas
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió:
"Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde
vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y
al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó:
"Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas
plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba
y no pudo juntar casi ninguna.
Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste
juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así
mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño
ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón
a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón". |
Palabras de aliento
El éxito no está dado tanto por lo que haces o lo que dejas de hacer, sino por la pasión que pones y el significado que tiene para ti.
mrivassnchez@gmail.com |
Pasta al triple NO |
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Hay que recordar que pasta no espera salsa, por lo tanto hay que hacer la pasta al momento de servir. Trabajaremos con pasta larga y si puedes usa la de zanahoria, la de huevo y la de remolacha. (Colores)
Salsa No. 1 “No es no”
En una sartén agregas el aceite hasta que caliente, luego el jamón, la tocineta y la cebolla con el ajo. Ir revolviendo constantemente (a fuego medio) hasta que todos los ingredientes estén de color oscuro mas no quemados, luego agregar la crema de leche, revolver de inmediato, agregar sal y pimienta al gusto y retirar del fuego. SE sirve con queso parmesano.
Salsa No. 2 “No sigue siendo No”
En una olla mediana, agregar el aceite hasta que caliente. Luego el ajo, ir friendo hasta que el ajo esté oscuro y agregar la carne junto a la pasta de tomate, revolver hasta que la carne este medio-cocida. Incorporar el tomate cocido y licuado. Revolver constantemente y ponerle sal y pimienta al gusto, al final agregarle la media cucharadita de azúcar y listo. Debe ser servida encima de la pasta y luego rociar con queso parmesano, o bien queso pecorino y también puede ser queso de año; todos rallados...
Salsa No. 3 “Por Venezuela es NO”
En una sartén, agregar el aceite hasta que caliente. Luego colocar el ajo porro e ir revolviendo hasta que se ponga transparente. Incorporar el pollo y la salsa inglesa, revolver un poco y agregar el suero; junto con la sal y la pimienta. Revolver unos 2 minutos y listo. Servir sobre la pasta bien caliente, no es necesario agregarle queso. Alcanza para medio kilo de pasta.
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