Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
Salmo 103 Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya
Corintios 12, 3-7. 12-13 |
Juan 20, 19-23 “ Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”
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Era de noche…
Tenían miedo. Estaban encerrados
No te dejes vencer por lo malo, más bien vence el mal a fuerza de bien (Romanos 12,21
Necesitamos, de forma urgente, convertir la esperanza en acción.
Para ello habrá que recordar lo que somos y lo que valemos.
Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad |
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¿Cómo?
Hoy Jesús nos entrega lo que nos había ofrecido: El Espíritu Santo.
Cada uno de nosotros. Que usted es único, creado por Dios con una dignidad y un talento innatos.
Que su comunidad, su país y el mundo entero necesitan lo que usted tiene para ofrecer.
Que una acción constructiva es la mejor respuesta a los problemas y las deficiencias de la sociedad.
Que cada uno de nosotros tiene una misión encomendada por Dios – una misión que no ha sido confiada a nadie más.
Eso se llama tener la luz del Espíritu Santo
Es la hora de hacerlo y no esperar que otro lo haga
Reconozca su propia importancia. Dios le ha encargado una misión y lo ha preparado con los elementos necesarios para cumplirla.
Produzca cambios positivos. En lugar de señalar los errores y criticar. Pregúntese qué puede hacer hoy. Y hágalo.
Rece. Pase un rato con Dios. Converse con él, sobre sus dificultades y anhelos. Póngase, en las manos del Señor. |
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Señor, Hazme instrumento de tu paz .
Donde haya odio, que siembre yo amor;
Donde haya injuria, perdón;
Donde haya duda, fe;
Donde haya desaliento, esperanza;
Donde haya sombras, luz;
Y donde haya tristeza, alegría.
Oh, Divino Maestro, que no busque ser consolado, sino consolar;
que no busque ser comprendido, sino comprender;
que no busque ser amado, sino amar;
porque dando es como recibimos;
Perdonando es como Tú nos perdonas;
y muriendo en Ti, es como nacemos a la vida eterna.
Amén. |
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Hay una realidad muy triste
Nos acercamos más a Dios en nuestros peores momentos.
Es más fácil oír a Dios cuando estamos despojados de todo orgullo y arrogancia, cuando no contamos con nadie más que él.
Llegar a ese extremo es angustioso, pero cuando ocurre, Dios está allí.
Siempre habrá una oportunidad para entregarnos y permitir que Dios venga a nuestras vidas. |
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La Señora Alicia no venía a misa. Pero cuando nació su hijo y experimentó tal alegría que ahora bendice a Dios y está asistiendo a la misa del domingo. Además, dejó que Dios la guiara en su función como madre. Confía en el Señor y haz el bien... Pon tu alegría en el Señor, él hará lo que desea tu corazón. Salmo 37:3-4 La consigna es: Entrégate y encuentra a Dios Vivimos a mil por segundo. Por eso sentimos tensión, angustia, miedo, inquietud. La misión del Espíritu es darnos fortaleza y animo. Necesitamos abrirnos a Dios. Que no es rendición pasiva y cobarde. Sino una aceptación y confianza en el Señor.
La decisión de entregarnos a la voluntad de Dios conduce al camino de la vida plena de fe. |
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El escritor espiritual Thomas Merton describió su vida como "un misterio que no comprendo...como si fuera llevado de la mano una noche en la que no veo nada, dependiendo totalmente del amor y la providencia de Él, quien me guía"
Necesitamos en medio del agite la oración.
La oración es la expresión del corazón que descansa en Dios.
Nos volvemos hacia Dios no con palabras complicadas sino simples.
Y muchas veces sin palabra alguna.
El Espíritu nos da esas ganas de orar y estar cerca de Dios.
En cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica, junto a la acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que es mucho mayor de lo que se puede imaginar, les guardará su corazón y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7) |
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Saber asombrarse
Sin escandalizarse
El Espíritu nos muestra a Dios que nos asombra y nos nace un deseo de inclinarnos ante él.
Es aquí donde Dios nos transforma y nos cambia para siempre.
Si uno de ustedes está triste, que rece. El que esté alegre,
que cante himnos a Dios. (Santiago 5:13)
Ese asombro nos desnuda y aceptamos que estamos en manos de Dios. |
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Cuando tenemos la luz…
Nos conectamos con Dios
Y en cada uno se despierta una actitud de agradecimiento: por la comida, por el techo, y por el regalo de la vida.
Estén siempre alegres, oren sin cesar y en toda ocasión den gracias a Dios.
(1 Tesalonicenses 5,16-18)
Nos comunicamos con Dios para pedir ayuda.
Pidan y se les dará; busquen y hallarán. (Mateo 7,7)
Se hacen personas de acción. |
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"El Espíritu Santo es la vida de la Iglesia, que no envejece nunca” (Juan XXIII) |
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Plato Recomendado: |
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Arroz tipo Chino tres carnes
Se debe comprar arroz en grano grande y se debe lavar (varias veces) para que bote el almidón. Luego se hace el arroz como de costumbre. Aparte se sofríe ajo, pimentón, cebollín, picadillo de carne de res, (de cochino), pollo y camarones o langostinos. Cuando todo esté bien sofrito empeiza a agregar arroz y salsa de soya, todo a fuego bajo y así sigue hasta llegar al gusto y la textura que se quiere.
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PENSAMIENTO
“Sin el Espíritu no seríamos capaces de ser cristianos a medias ”
Padre Marcelo
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