Jeremías 20,7-9 La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí
Salmo responsorial: 62 Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Romanos 12,1-2 Presentad vuestros cuerpos como hostia viva |
Mateo 16,21-27 El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte. Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios. Entonces dijo a sus discípulos: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
A partir de ese día, Jesucristo comenzó a manifestar a sus discípulos que él debía de ir a Jerusalén y que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho, que incluso debía ser muerto y que resucitaría al tercer día. Pedro lo llevó aparte y se puso a reprenderlo:¡Dios no lo permita, Señor! Nunca te sucederán tales cosas. Pero Jesús se volvió y le dijo: ¡Pasa detrás de mí, Satanás! Tú me harías tropezar. Tus ambiciones no son las de Dios, sino las de los hombres. Entonces dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera seguirme que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará. ¿De qué le serviría a uno ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo? ¿Qué dará para rescatarse a sí mismo? Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.” |
Volvamos a la autoestima
- Es muy importante para el desarrollo de la persona.
- Hay que reafirmarse siempre para no quedar a medio hacer.
Jesús la aplica
- Habla a los discípulos abiertamente.
- Les habla del sufrimiento y de la muerte que le esperan y les indica también la presencia de su resurrección.
- Viéndole así pudiera ser fatalismo y destino.
- Pero no creemos en el destino.
- Creemos en la libertad de la persona dentro de felicidad o frustración.
Evangelio realista
- Les habla después que lo ha reconocido como el Mesías.
- Recordemos que muchos creían que su reino era terrenal.
- Y por eso les habla de la dimensión invisible.
- El sería el sacrificado.
- Les advierte que hay enemigos religiosos.
La gran pregunta para hoy:
¿Cómo te imaginas el reino de Dios?
- Pedro: se rebela contra todo.
- Quiere el bienestar.
- Piensa que el sufrimiento no tiene ningún significado, que es algo totalmente negativo para el ser humano, que es un estorbo para el desarrollo de la vida presente.
- Ayer Jesús lo llamó: Feliz.
- Ahora le dice: “¡Apártate de mí Satanás”
Pedro quería…
- la gloria pero no la cruz.
- el triunfo pero no el sacrificio.
- la salvación pero no la sangre.
- a Jesús a su manera humana pero no la voluntad de Dios Padre.
- un Jesús superestrella pero no un Jesús humillado.
El verdadero seguidor de Jesús lo sigue en el dolor para seguirle en el honor. El cristiano sigue a Jesús no al revés.
Condiciones para seguir a Jesús:
- Negarse a sí mismo : olvidarse de sí mismo. Es nuestro yo quien nos ata y nos hace ver cosas que no hay y sentir cosas que no son reales. La fe nos ayuda a la reeducación del yo.
- Tomar su cruz : no se refiere a los problemas de la vida que nos aparecen por doquier… Es asumir la carga del sacrificio. El seguidor de Jesús debe alistarse en la fila de los condenados a muerte a los deseos de sí mismos. La cruz es la carga que tomamos voluntariamente por servir al Evangelio del Señor. La cruz la hemos de tomar y seguir con ella a Cristo. No debemos hacernos la cruz nosotros mismos, sino arrimar el hombro a la que Dios ha preparado, sin temer su peso, sin ir cargados de miedos.
- Seguirle : es ir al ritmo de Dios en nuestra vida.
Este es el evangelio de Jesús que al final tendrá recompensa.
Ante el deseo por la felicidad y la vida eterna. ¿Qué hacer?
- Carga con la cruz y sígueme.
- Hay una cruz para Jesús y una para cada uno.
Nos deja oír:
- El Hijo del hombre tiene que subir a Jerusalén, ser matado y resucitar.
- Pedro, tú quieres como quieren los hombres, no como quiere Dios.
- “El que quiera seguirme que se niegue a si mismo, tome su cruz y me siga”
La vida de Jesús tuvo un precio
- No fue precisamente 30 monedas de plata.
- El precio fue: aprender a obedecer sufriendo, revestirse de carne, amar sin límites a todos, dar su sangre por todos, cargar con la cruz hasta el Calvario… Y el premio, la resurrección.
La vida del cristiano tiene también un precio.
- Sólo lo pagan los que como el profeta Jeremías se dejan seducir por Dios, y se atreven a ser diferentes “no os ajustéis a este mundo”
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Pollo al whisky
Salpimentar el pollo cortado en trozos y se deja sellas en aceite caliente. Se saca y ahí mismo se coloca cebolla y se deja marchitar, se le agrega whisky y al evaporarse se coloca el caldo de pollo y se deja cocinar a fuego lento. Aparte cebolla sofrita, champiñones, whisky, un poquito de caldo y crema de leche se licúa y se agrega esa salsa por encima al pollo que se sirve con papas al vapor o un buen arroz. |
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