Eclesiástico 35, 12-14. 16-18 Los gritos del pobre atraviesan las nubes
Salmo 33 Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
2 Timoteo 4, 6-8. 16-18 Ahora me aguarda la corona merecida
|
Lucas 18, 9-14 El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no “En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”
|
El domingo pasado, el Señor nos decía que hay que orar siempre sin desanimarse y nos contaba el cuento del juez malvado y la viuda persistente e insistente.
|
Hoy
- El Señor quiere denunciar "a los que se creen justos y desprecian a los demás"
- Y a través de estos dos personajes del evangelio, el fariseo y el publicano, nos quiere hacer ver cómo es Dios y cómo somos nosotros.
|
¿Cómo es el fariseo?
- En su oración no pide nada. Sólo habla y ora desde el Yo. Yo…
- Juzga a los otros, es justo, santo, bueno…
- No hay sitio para Dios en su vida.
- Su Yo lo llena todo.
- Para él Dios es como el presidente de una gran corporación y el fariseo aspira a convertirse en el director.
- El fariseo salió del templo como entró: lleno de sí mismo pero vació de Dios.
- Salió del templo como entró: con su orgullo y su justicia pero sin la justicia ni el perdón de Dios.
- Su oración no iba dirigida a Dios sino a la galería.
|
A Jesús no le gustó nada esa actitud farisaica. Y por eso nos dice: "Ay de los que se creen justos y desprecian a los demás". |
Nosotros
- Hacemos cosas buenas.
- Cuidamos de nuestras familias.
- Educamos a los hijos.
- Venimos el domingo al templo.
- Ayudamos a los vecinos y ayunamos en cuaresma.
- Cumplimos bien con nuestro trabajo.
- Estudiamos la Biblia.
- Pero no venimos aquí a cantar nuestros méritos y hazañas.
|
Venimos a cantar las hazañas de Dios.
Dios sabe lo que hay en cada corazón.
- Por eso nos debe doler las obras buenas que no hago.
- Los pecados que sí hago cada día y por eso vengo al templo, no como el fariseo y sí como el publicano abrumado por el peso de mi pecado.
- No miro a los demás, me miro a mi mismo, siempre necesitado del perdón de Dios.
|
Nadie es justo ante Dios, pero todos somos justificados si nos reconocemos pecadores, publicanos, ante Dios.
- La oración del publicano es verdadera, la del fariseo es una oración falsa.
- La oración tiene que estar centrada en Dios.
- Sólo ora de verdad el que tiene una relación con Dios.
- El es el origen, centro y fin de nuestra vida.
- El yo tiene que morir para que el Espíritu hable por nosotros.
- La oración tiene que producir un cambio en nuestra vida.
|
Orar no es intentar cambiar la mente de
Dios, sus designios, orar es cambiar yo. |
Pavo a la criolla sanantoñera |
|
|
Se coloca el pavo picado en presas en una mezcla de salsa inglesa, vino y jugo de naranja, de un día para otro. Aparte dorar la cebolla, luego ajo, onoto para que el pavo sea frotado con esta mezcla. Llevar el pavo aun caldero y dorarlo, para luego agregarle el líquido de la maceración y dejarlo cocinar a fuego lento. Se le agrega zanahorias, papa y jojoto muy tierno.
|
|
|