Zacarías 9,9-10 Mira a tu rey que viene a ti modesto

Salmo responsorial: 144 Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Romanos 8,9.11-13 Si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis

Mateo 11,25-30 Soy manso y humilde de corazón

En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."

Todos tenemos corazón

• En el corazón hay más que cosas, está el amor.
• Está la respuesta cargada y llena de sentimientos.
• Lugar donde los sencillos arden de amor y de solidaridad.

Dios también tiene corazón

• El pasado viernes celebramos el Sagrado Corazón de Jesús.
• Un amor que no es amado.
• Pero lo importante es amar.
• Por eso Jesús lo ofrece para que descansemos.

Dios desde su corazón nos dice:

• No se dejen endurecer por la situación de violencia.
• Aceptemos la invitación de cada domingo. Vengan, Yo les espero.
• Somos muchos los que invitamos a Dios a que mire la violencia en el mundo.
• Pero, Dios nos creó a nosotros por algo y para algo.

"Toma mi yugo"

• El yugo hace el trabajo más fácil, más rápido y más eficiente.
• El yugo de Jesús es suave.
• Es verdad que hay dificultades, pero Dios nos acompaña.

Ante tanta velocidad es la hora

• Para aterrizar, concretar, elegir, decidir. Y, por el contrario, hay situaciones en que toca esperar, mirar más allá, creer en el mañana.
• Pero ese hacer puede ser arma de doble filo.

Nace una oración

Señor, al saber que eres el descanso y en tu yugo encontramos paz, pedimos paciencia, pero sabemos que no hay tiempo para esperar.

Pues lo que tenemos es el ahora.

Señor, ayúdanos a vivir el hoy como camino hacia un mañana de encuentro y esperanza.

Dios acompaña pero nos exige

• Para decidir , afrontar los retos, dar pasos, elegir un camino, pronunciar una palabra, saldar cuentas, acometer empeños…
• Nos toca abrazar unas causas y renunciar a otras.
• Estrechar unas manos y decir adiós a otras.

Las lecturas de hoy

• Enfatizan en la humildad y en la gente humilde.
• Claro, esta no es la norma de la gente de nuestro tiempo. Hoy somos soberbios, arrogantes y pura apariencia.
• La humildad no es una virtud más dentro de una lista de virtudes.
• Desde el Antiguo Testamento observamos que al final Dios quitará todos los emblemas de grandeza, de lucha y de altivez.
• El Antigua Testamento tenía una meta: preparar un pueblo humilde, que pudiera aceptar a un que viene "humilde y montado en un burrito," según las palabras de Sofonías.

Grandeza de los pequeños

• Ser pequeño es ser débil pero también, a menudo, es ser consciente de esa misma debilidad.
• Esa conciencia lleva a no confiar demasiado en sí mismo y sobre todo, lleva a buscar ayuda o soporte, cosa que suele abrir el corazón hacia Dios.
• Los pequeños, además, suelen ser capaces de comprender primero que nadie lo que significan las siguientes palabras: regalo, solidaridad, gratitud y alegría. Todas ellas se pueden resumir en una: Evangelio.

3. Aprender de Jesucristo

3.1 Ciertamente no hallaremos maestro de humildad como Jesús. Pruebas externas de su humildad son: el género de vida que llevó, la facilidad con que los pobres comprendían su mensaje de vida y sus palabras; la capacidad suya para ser tratado siempre como uno más; su espíritu continuo de servicio y dedicación a todos; la manera de su oración y espíritu de obediente amor al Padre.

3.2 Puede juzgarse como extraño que Jesús se ponga a sí mismo como modelo entre los humildes y mansos; parecería una falta de humildad, precisamente. No es así, por supuesto. Lo que sucede es que la humildad, aun siendo grande entre las virtudes, como todas ellas debe plegarse ante la Reina, que es la caridad. Y aunque parecería más humildad que no hubiera dicho que era humilde, ese silencio hubiera dejado incompleta la medida de su caridad sin límites.

Asopao de Camarones

Hacer un sofrito (cebolla, ajo, ají dulce, ajoporro) luego agregue alcaparras, pimentón, aceite onotado, sal, pimienta y salsa de tomate. Mezclar todo para colocarle arroz. Deje sofreír unos instantes, agregue agua. Deje hervir, baje la llama y agregue los camarones. Recuerde que tiene que quedar aguado. Se remata con hojas de cilantro.