Job 38,1.8-11 : “Aquí se romperá la arrogancia de tus olas”
Sal 106 : “Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia”
2 Cor 5,14-17 : “Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado”
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Mc 4,35-40 : Hasta el viento y el lago le obedecen “Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: Vamos a la otra orilla. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole: Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: Silencio, cállate" El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: "¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe? Se quedaron espantados y se decían unos a otros: ¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!” |
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Señor, aumenta nuestra fe
El milagro es siempre en Jesús una obra de su Mc 4,35-40 : Hasta el viento y el lago le obedecen “Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: Vamos a la otra orilla. Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole: Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: Silencio, cállate" El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: "¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe? Se quedaron espantados y se decían unos a otros: ¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”amor. Éste de la tempestad calmada está encaminado a consolidar la fe de los discípulos: nada debe hacerles vacilar su fe en El. Es una llamada para todos y cada uno de nosotros que, tantas veces agitados y temerosos, nos volvemos sobre las preocupaciones y las cosas que pasan. Cuando estamos inquietos, llenos de ruidos y asustados, solo una cosa nos hace falta: entrar en nuestro interior y allí poner nuestra vida en las manos de Dios, nuestro Padre. Jesús nos lo enseña: “duerme tranquilo en la nave…” “Tu nave, escribe San Agustín, es tu corazón. Si traes a tu memoria tu fe, no vacilará tu corazón, él despertará y dará órdenes a los vientos y se producirá la bonanza. Señor Jesús, AUMENTA NUESTRA FE, la confianza de saber que siempre estás a nuestro lado y nos escuchas.
Jesucristo, dormido o despierto está siempre en el centro de la barca. La barca pequeña que cruzaba el lago ayer o la barca grande que surca los mares del mundo de hoy no pueden llegar a ningún puerto si Jesús no viaja en ella.
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¿Maestro, no te importa que nos hundamos?
Los que permanecemos aún en la barca de la iglesia, no siempre muy convencidos, ignoramos el oleaje que la sacude por todas partes y anclados en nuestras rutinas de siempre cerramos los ojos y confiamos en que la tormenta cese sin más.
La mejor manera de callar las críticas feroces contra la iglesia, -no tenemos poder para silenciarlas- es el testimonio de la fe, el riesgo de dar la vida, la confianza en el capitán de la barca, Jesucristo, y como Él, a pesar de la tormenta, cruzar el lago para salir al encuentro del alejado, el increyente, el enemigo…
Dicen que si quieres aprender a rezar examínate o hazte a la mar. |
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¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
Mientras, Jesús dormía. Hay quien ha pensado que el Señor simulaba dormir para poner a prueba la fe de sus discípulos. El texto no dice nada. Por eso podemos pensar que el cansancio de Jesús era tan grande que se duerme profundamente, sin que el vaivén de la barca le despierte.
El mar se agita cada vez más y el peligro crece por momentos. Por eso le preguntan, consternados, si no le importa que se hundan. Jesús no les contesta. Se pone en pie sobre la proa e increpa a las aguas con voz potente y dominadora: ¡Silencio, cállate!
Una primera reacción sería la de pensar que Jesús estaba loco. Cómo podía un hombre mandar sobre las aguas y los vientos. Sólo Dios podía calmar la tempestad. Pero paulatinamente van contemplando, tras la intervención de Jesús, cómo el mar se tranquiliza y el viento amaina. Pronto reina la bonanza y las barcas siguen, serenas y ágiles, su ruta hacia la ribera.
No salen de su asombro. Estupefactos se preguntan entre sí quién era este, capaz de dominar el furor del mar y del huracán. No acababan de comprender la grandeza de Jesucristo. Todavía eran hombres de poca fe, cobardes y tímidos.
Pero el Señor sigue junto a ellos, esperando paciente al Espíritu que los transformaría.
Entonces no volverían a tener miedo. Aun cuando la tempestad se desencadenara con más fuerza |
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Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»
H oy —en estos tiempos de «fuerte borrasca»— nos vemos interpelados por el Evangelio. La humanidad ha vivido dramas que, como olas violentas, han irrumpido sobre hombres y pueblos enteros, particularmente durante el siglo XX y los albores del XXI. Y, a veces, nos sale del alma preguntarle: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?» ( Mc 4,38); si Tú verdaderamente existes, si Tú eres Padre, ¿por qué ocurren estos episodios? |
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Ante el recuerdo de los horrores de los campos de concentración de la II Guerra Mundial, el Papa Benedicto se pregunta: ¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar este exceso de destrucción?
Una pregunta que Israel, ya en el Antiguo Testamento, se hacía: ¿Por qué duermes? (…) ¿Por qué nos escondes tu rostro y olvidas nuestra desgracia?» ( Sal 44,24-25).
Dios no responderá a estas preguntas: a Él le podemos pedir todo menos el porqué de las cosas; no tenemos derecho a pedirle cuentas. |
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El problema no es que Dios no exista o que no esté, sino que los hombres vivamos como si Dios no existiera. He aquí la respuesta de Dios: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿ Cómo no tenéis fe ? ( Mc 4,40) Eso dijo Jesús a los apóstoles, y lo mismo le dijo a santa Faustina Kowalska: «Hija mía, no tengas miedo de nada, Yo siempre estoy contigo, aunque te parezca que no esté».
No le preguntemos, más bien recemos y respetemos su voluntad y…, entonces habrá menos dramas… y, asombrados, exclamaremos: ¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?» ( Mc 4,41) ¡Jesús, en ti confío!
El problema no es que Dios no exista o que no esté, sino que los hombres vivamos como si Dios no existiera. He aquí la respuesta de Dios: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿ Cómo no tenéis fe ? ( Mc 4,40) Eso dijo Jesús a los apóstoles, y lo mismo le dijo a santa Faustina Kowalska: «Hija mía, no tengas miedo de nada, Yo siempre estoy contigo, aunque te parezca que no esté».
No le preguntemos, más bien recemos y respetemos su voluntad y…, entonces habrá menos dramas… y, asombrados, exclamaremos: ¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?» ( Mc 4,41) ¡Jesús, en ti confío! |
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Con una mirada a nuestra Pastoral
EPAP = Equipo Parroquial de Animación Pastoral.
Es un equipo que vive y anima; no tiene autoridad ni es representativo.
Asegura la marcha armónica del conjunto, supliendo carencias y buscando soluciones.
Sus miembros son designados por el párroco.
Como equipo técnico elabora la programación anual, según las indicaciones del Consejo Pastoral. Ayuda a las comisiones a elaborar la suya, de acuerdo la programación general. |
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Organizar las bases del tejido creando estructuras
1.- Organización de los sectores pastorales
2.- Equipo de Coordinación Sectorial
3.- Red de Mensajeros
4.- Equipo de Coordinación Parroquial
5.- Asambleas sectoriales
6.- Asambleas Parroquial |
Creamos tres Zonas Pastorales
- Somos unidad de esperanza
Sectores San Miguel Arcángel, La Inmaculada y Jesús de Nazaret
- Somos la alegría de servir
Sectores Virgen del Valle, La Milagrosa y La Cruz de San Pedro
- Somos encuentro y esfuerzo
Sectores San José, El Carmen y El Rosario |
ECP= Equipo de Coordinación Parroquial
Con el párroco lo conforman el vicario y diáconos, si los hay, los coordinadores de sector, el EPAP y los representantes de las comisiones o áreas pastorales.
Su principal preocupación será que todos los bautizados y personas de buena voluntad se sientan involucrados y se integren en el proceso de evangelización. |
La Red de Mensajeros
Un mensajero por cada diez familias
Las visita cada mes, les entrega la carta a los cristianos y se interesa por sus necesidades.
El mensajero es el vínculo entre la comunidad parroquial y cada familia.
Los mensajeros se reúnen periódicamente a nivel sectorial, zonal o parroquial para mantenerse motivado y profundizar la espiritualidad de su servicio |
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Solomillos de ternera a la mostaza
El solomillo es una pieza de carne procedente de la parte lumbar, alojado entre las costillas inferiores y la columna vertebral. Es decir, En los animales de matadero, capa muscular que se extiende por entre las costillas y el lomo.
Preparación
Sazonamos los solomillos con una mezcla de sal, pimienta y mostaza. Dejamos reposar. Limpiamos los champiñones y los cortamos en láminas. En un sartén colocamos mantequilla con un poquito de aceite y doramos los solomillos. Al tomar color le rociamos un poco de vino y se añaden los champiñones. Por último, incorporamos perejil picado y dejamos cocer entre 8 y 10 minutos a fuego suave, dándoles la vuelta para que se hagan por ambos lados. |
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