Lectura Reposada

Lectura Reposada Viernes Santo


Seguimos con la lectura reposada de la Palabra de Dios.
Hoy viernes santo. Juan 18,1-19.42


4 Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscan?
5 Contestaron: A Jesús el Nazareno…
12 Entonces los soldados, con el comandante y los guardias de los judíos, prendieron a Jesús, lo ataron
13 y lo llevaron primero a casa de Anás. Este Anás era suegro de Caifás…
28 Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al tribunal del gobernador romano…
37 Pilato le preguntó: Entonces, ¿tú eres rey? Jesús respondió: Tú lo has dicho: yo soy Rey. ¿Quieren ustedes que ponga en libertad al Rey de los Judíos?
40 Ellos empezaron a gritar: "¡A ése no! Suelta a Barrabás.
Capítulo 19. 2 Los soldados hicieron una corona con espinas y se la pusieron en la cabeza…
15 Ellos gritaron: ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!...
17 Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz…
23 Después de clavar a Jesús en la cruz, los soldados tomaron sus vestidos y los dividieron en cuatro partes…
40 Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con los aromas, según la costumbre de enterrar de los judíos.

Cuentan que un hombre dijo a Jesús: Estoy cansado de llevar esta cruz, es muy pesada y grande para mi estatura. Jesús amablemente le dijo: entra en ese cuarto y elige una. Entro y empezó a escoger. Una pequeña pero pesada. Otra le lastimaba el hombre. Aquella muy grande. Otra rugosa y raspaba… hasta que encontró la que se adaptaba a su medida. Señor gracias por el cambio. Jesús sonriendo le dijo: No tienes nada que agradecer, has tomado exactamente la misma cruz que traías, tu nombre está inscrito en ella. Mi Padre no permite más de lo que no puedas soportar porque te ama y tiene un plan perfecto para tu vida.
Observamos a Jesús como el siervo sufriente. “Entonces los soldados, con el comandante y los guardias de los judíos, prendieron a Jesús, lo ataron “(v. 12) “Entonces Pilato tomó a Jesús y ordenó que fuera azotado. 2 Los soldados hicieron una corona con espinas y se la pusieron en la cabeza, le echaron sobre los hombros una capa de color rojo púrpura (19,1-2) Bien lo reseña la primera lectura Isaías 12,13-53,12 “Despreciado, desestimado, leproso, herido de Dios, humillado, traspasado por nuestras rebeliones…” Y en ese dolor no le rompen las piernas, sino que uno de los soldados con una lanza le atravesó el costado, e inmediatamente salió sangre y agua (v.34)
No era dañarlo, era destruirlo. Por eso esa cruz sigue ahí y nos dice: no a la violencia. No a la injusticia, No a la mentira. No a la corrupción. La cruz no es contra el mundo, sino a favor del mundo.
Nadie debe desesperar; nadie debe decir, como Caín: «Demasiado grande es mi culpa para obtener el perdón» (Gén 4,13).
Jesús sufre para que dejemos de sufrir. Hoy sufren muchos y la cruz nos dice: es la hora. Reacciona. Tu hermano te necesita.
Jesús obedece al Padre, tema de la 2da lectura (hebreos 4,14-16. 5,7-9) Nosotros debemos cambiar este corazón de piedra por un corazón de carne (Ezequiel 36,26) Todo para saber ofrecer sacrificios de verdad, sanar heridas y atender al que sufre. Entre nosotros hay muchos con corazón noble que reconoce a Dios en la Eucaristía, en los Sacramentos. Gente de oración. Gente de adoración y por eso beso la cruz de Cristo.
Jesús dijo: "Todo está cumplido." Después inclinó la cabeza y entregó el espíritu. (v. 30) Todos contemplamos en este día el ofrecimiento más grande: la Vida entregada para la salvación. Mirarlo es saber decir, desde el corazón: Perdón Señor, perdón.
Mirando la cruz decimos: Señor, piedad y misericordia. Señor, gracias por haberme salvado. Señor, dame la gracia de luchar contra el pecado y de llevar mi propia cruz, pequeño pedazo de la tuya enorme. Amén. Mirando la cruz decimos: Señor, piedad y misericordia. Señor, gracias por haberme salvado. Señor, dame la gracia de luchar contra el pecado y de llevar mi propia cruz, pequeño pedazo de la tuya enorme. Amén.
Mirando la cruz decimos: Señor, piedad y misericordia. Señor, gracias por haberme salvado. Señor, dame la gracia de luchar contra el pecado y de llevar mi propia cruz, pequeño pedazo de la tuya enorme. Amén.

Bendecido día. Padre Marcelo. @padrerivas

2020 abril 10


Lectura Reposada Miércoles Santo


Seguimos con la lectura reposada de la Palabra de Dios.
Hoy miércoles santo. Mateo 26,14-26


14 Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, se presentó a los jefes de los sacerdotes
15 y les dijo: ¿Cuánto me darán si se lo entrego? Ellos prometieron darle treinta monedas de plata.
16 Y a partir de ese momento, Judas andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
17 El primer día de la Fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que preparemos la comida de la Pascua? 18 Jesús contestó: Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa.
19 Los discípulos hicieron tal como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.
20 Llegada la tarde, Jesús se sentó a la mesa con los Doce. 21 Y mientras comían, les dijo: En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar.
22 Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle: ¿Seré yo, Señor?
23 Él contestó: El que me va a entregar es uno de los que mojan su pan conmigo en el plato.
24 El Hijo del Hombre se va, como dicen las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! ¡Sería mejor para él no haber nacido!
25 Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: ¿Seré yo acaso, Maestro?" Jesús respondió: Tú lo has dicho.
26 Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman; esto es mi cuerpo."

En una tribu africana, un antropólogo puso frutas junto a un árbol y dijo a los niños que corrieran y que el que llegara primero ganaría todas las frutas. Se dieron la mano y corrieron juntos y se sentaron todos a disfrutar el premio. Dijeron ¿Cómo estar uno feliz y los demás no?
Es verdad que Jesús recorre un camino de humillación. “fue maltratado y Él se humilló y no dijo nada” (Isaías 53,7) Camino que termina en la cruz. Considerado como un profeta y muere como un delincuente. Todo por treinta monedas de plata (v. 15)
Fue en la cena de pascua donde coloca en la mesa la desgracia de quien lo entregaría. (v. 21) No para humillarlo sino para brindarle una oportunidad. La cual no aceptó. “Él contestó: El que me va a entregar es uno de los que mojan su pan conmigo en el plato” (v. 23) El mal es un misterio. Y más aún si ese mal consiste en haber recibido la sublime gracia de tener tan cerca al Señor de la gloria. Es duro pero cierto, el pecado es en sí irracional, incomprensible. No busca sino lo contrario al bien del hombre. Es una destrucción.
Sería muy bueno preguntarnos: ¿Soy consciente del gran amor que Dios me tiene?
Ya que no sabemos si dentro de nosotros pueda haber algún Judas escondido y a punto de traicionar. Seamos sinceros y no nos engañemos ni engañemos a los demás. Ante Cristo preguntémonos: ¿soy yo maestro? De seguro, aquellos niños de la tribu, no, porque sabían compartir. Dejemos que la Virgen Madre nos siga acompañando.
Bendecido día. Padre Marcelo. @padrerivas

2020 abril 08


Lectura Reposada Martes Santo


Seguimos con la lectura reposada de la Palabra de Dios.
Hoy martes santo. Juan 13, 21-33. 36-38


21 Tras decir estas cosas, Jesús se conmovió en su espíritu y dijo con toda claridad: En verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar
25 Se volvió hacia Jesús y le preguntó: Señor, ¿quién es?...
26 Jesús le contestó: "Voy a mojar un pedazo de pan en el plato. Aquél al cual se lo dé, ése es…
27 Apenas Judas tomó el pedazo de pan, Satanás entró en él…
28 Ninguno de los que estaban a la mesa comprendió por qué Jesús se lo decía.
29 Como Judas tenía la bolsa común, algunos creyeron que Jesús quería decirle: "Compra lo que nos hace falta para la fiesta...", o bien: "da algo a los pobres."
30 Judas se comió el pedazo de pan y salió inmediatamente…
36 Simón Pedro le preguntó: "Señor, ¿adónde vas?" Jesús le respondió: "Adonde yo voy no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde."
37 Pedro le dijo: "Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti."
38 Jesús le respondió: "¿Dar tú la vida por mí? En verdad te digo que antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces."


Se casaron muy enamorados y les tocó viajar por razones de trabajo. No conocían a nadie. Una persona del vecindario los recibió y les tendió la mano: los ayudó a descargar, les brindó un cable para conectarse al fluido eléctrico, les prestó una cocina portátil, les brindo cariño y se convirtieron en grandes amigos - vecinos. Los esposos lograron traer al mundo su primer hijo y nombraron a aquel buen hombre el padrino. Con el tiempo los esposos se divorciaron. Y ella totalmente desecha fue a misa y el sacerdote habló acerca del perdón. Al final ella se acercó al sacerdote y le dijo: yo no podré perdonar, pues aquel buen hombre que nos recibió y se hizo compadre era la persona que llevaba a mi esposo a casa de aquella mujer que me lo quitó.

La traición es dura cuando viene del amigo, del familiar. “Jesús se conmovió en su espíritu y dijo con toda claridad: En verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar. (v. 21) Fue en el Cenáculo lugar de despedida y de promesa “volveré” Pero es destacable la fraternidad que se observa en torno al maestro y por eso, uno se pregunta: ¿Qué paso entonces?

“Apenas Judas tomó el pedazo de pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo pronto” (v. 27) Cuestión diabólica y muy dañina, todo por separarse de la verdad y mantener en el corazón la envidia. Judas nos muestra cómo nos arrastra el mal y su finalización (muerte) Aquí lo importante es dejarse llevar por Jesucristo, aunque se tengan dudas y seamos tentados. “Simón Pedro le preguntó: Señor, ¿adónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde" (v. 36) No son nuestras fuerza, es la fuerza de Dios que se dispone para auxiliarnos. Pedro ofrece su vida (v. 37) y el Señor le informa que le negará (v. 38)

La traición duele y desgarra. En Jesús mucha tristeza porque uno de los suyos le vendía. Nos cuesta perdonar, pero hay que hacerlo, no tanto por el otro, sino por uno mismo que tiene que pasar la página y continuar el avance. Aquella Sra. por su hijo debió hacerlo.

Bendecido día. Padre Marcelo. @padrerivas

2020 abril 07


Lectura Reposada Domingo de Ramos


Seguimos con la lectura reposada de la Palabra de Dios. Hoy la pasión según San Mateo 26, 14-27, 66

14 Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, se presentó a los jefes de los sacerdotes
15 y les dijo: ¿Cuánto me darán si se lo entrego? Ellos prometieron darle treinta monedas de plata.
16 Y a partir de ese momento, Judas andaba buscando una oportunidad para entregárselo…
20 Llegada la tarde, Jesús se sentó a la mesa con los Doce.
21 Y mientras comían, les dijo: En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar.
22 Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle: "¿Seré yo, Señor?...
26 Mientras comían, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman; esto es mi cuerpo…
31 Entonces Jesús les dijo: Todos ustedes caerán esta noche: ya no sabrán qué pensar de mí. Pues dice la Escritura: Heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas.
32 Pero después de mi resurrección iré delante de ustedes a Galilea…
39 Fue un poco más adelante y, postrándose hasta tocar la tierra con su cara, oró así: Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú. Lo hacen preso…
66 ¿Qué deciden ustedes? Ellos contestaron: ¡Merece la muerte! Luego comenzaron a escupirle en la cara y a darle bofetadas…


Salimos para un cumpleaños y nos encontramos que lo habían suspendido por la enfermedad grave de uno de los familiares y mamá nos llevó a comer barquillas. Mamá no comió. Luego supe que no tenía dinero para comprar la de ella.

Entra a la ciudad y todos aplauden y nosotros podemos decir: ¡Viva Dios! ¡Viva la vida! Para ello necesitamos ser salvados y nosotros aquí en esta cuaresma tenemos que reconciliamos para hacernos fuertes. Sin olvidar que Jesús fue vendido (v. 15) haciéndose obediente hasta la muerte (Filipenses 2,8)

Somos muchos los que nos enterramos en vida no porque la muerte nos persiga, sino porque vivimos en la muerte. (Entre cajones y pecados) Jesús escucha ese sonido de la muerte: ¡Crucifícale! Y en el versículo 66 encontramos. “¿Qué deciden ustedes? Ellos contestaron: ¡Merece la muerte! Luego comenzaron a escupirle en la cara y a darle bofetadas… En nosotros envidia, rabia, traición, desunión… De ahí que Jesús ora al Padre con fe y entrega subiendo a la cruz por la salvación de todos. (V. 39)

Para triunfar hay que sacrificarse, sin olvidar que nada es gratis, por eso el escenario es hosanna y crucifícale. De ahí que hay que luchar para que nada, ni nadie nos quite la esperanza. Hay que mirar a lo alto. Hagamos oración. Estar despiertos. No distraernos con cantos de sirenas.

Aquellas barquillas me hablaron de una madre cariñosa y sacrificada. Este domingo me hace vivir lo que nos dejó el Card. Van Thuan "Mira la cruz y encontrarás la solución a todos los problemas que te preocupan" De seguro, los mártires le supieron mirar.

Bendecido día. Padre Marcelo. @padrerivas

Padre Marcelo. @padrerivas

2020 abril 02


En este tiempo de cuarentena


En este tiempo de cuarentena hay tiempo de sobra hasta para malgastarlo. He iniciado una lectura reposada de la Palabra de Dios y para hoy Juan 11,1-45, pero en especial me quedo con los versículos 21-35.

21 Marta dijo a Jesús: "Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Pero aun así, yo sé que puedes pedir a Dios cualquier cosa, y Dios te la concederá." 23 Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará." 24 Marta respondió: "Ya sé que será resucitado en la resurrección de los muertos, en el último día." 25 Le dijo Jesús: "Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá. 26 El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?" 27 Ella contestó: "Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo." 28 Después Marta fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: "El Maestro está aquí y te llama." 29 Apenas lo oyó, María se levantó rápidamente y fue a donde él. 30 Jesús no había entrado aún en el pueblo, sino que seguía en el mismo lugar donde Marta lo había encontrado. 31 Los judíos que estaban con María en la casa consolándola, al ver que se levantaba aprisa y salía, pensaron que iba a llorar al sepulcro y la siguieron. 32 Al llegar María a donde estaba Jesús, en cuanto lo vio, cayó a sus pies y le dijo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto." 33 Al ver Jesús el llanto de María y de todos los judíos que estaban con ella, su espíritu se conmovió profundamente y se turbó. 34 Y preguntó: "¿Dónde lo han puesto?" Le contestaron: "Señor, ven a ver." 35 Y Jesús lloró.

De niño, por cierto muy feliz, sabía perfectamente que solamente había regalos para Navidad, ni para cumpleaños, ni día del santo, ni para los reyes. Y eso al saberlo me hacía entender y saber esperar. Así les sucedió a las hermanas Marta y María.

Jesús deja que el tiempo corra, todo porque el tiempo de Dios es perfecto. Todo sucede para los que aman al Señor. (Romanos 8,28) Hoy aparece el evangelio donde se narra la resurrección de Lázaro y la preocupación de las hermanas, Marta y María, ante la enfermedad de su hermano mandando a llamar a Jesús. Por cierto que no pudo ir. Su presencia se hizo a los 4 días de la muerte de Lázaro. De ahí el reclamo de Marta “Si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto” (v. 21)

Saber esperar no es cruzarse de brazos o renegar, o maldecir. Es saber que Dios nunca falla y que nadie le ganará en el amor. “Al ver Jesús el llanto de María y de todos los judíos que estaban con ella, su espíritu se conmovió profundamente y se turbó. (v.33) De inmediato Jesús actúa “Y pregunto: ¿Dónde lo han puesto? Le contestaron: "Señor, ven a ver." (v.34) Sin olvidar la compasión de Jesús, por cierto muy humana, “Y Jesús lloro” (v.35)

Aprendamos a esperar. Nunca es tarde cuando la dicha llega. En toda espera confianza o como decía mi mamá: “Mente positiva, nada de imaginarse cosas feas” Lázaro pasó de la muerte a la vida. Nosotros tenemos que dejar el hombre, la mujer vieja para poder renovarnos, al mejor estilo como en Nicodemo. (Juan 3,1-15)

Gracias Señor por el regalo de la fe alimentada de la esperanza. Gracias porque hemos aprendido que quien no sabe esperar desespera. Por tanto, que no olvidemos que a pesar de la muerte Cristo es resurrección (vida) (v. 25) Todo porque Dios nos ama.

Bendecido día. Padre Marcelo. @padrerivas

2020 marzo 29