Un andino médico en el cielo que se nos muestra en servicio de amor.
Lo que sube a Dios con fe regresa cargado de esperanza
Este día, 26 de octubre día del nacimiento del Venerable Siervo de Dios Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria-Caracas se realizará la Exhumación de sus restos mortales. Por tanto día grande y de abundante gratitud a Dios, que como Padre amoroso nos bendice con este regalo de amor en camino a su Beatificación.
De aquel pueblo perdido en los andes “Isnotú” brillaría una estrella tan reluciente que hoy le podemos llamar: Médico de los pobres y Apóstol de la paz. Por eso vuelan los sonidos de campanas y la alegría es mayúscula porque, paso a paso, vamos llegando a lo que desde el corazón de fe le habíamos rogando tanto a Dios. Que, ese humilde Doctor, fuese llevado a los altares y en este día su cuerpo es sacado de la oscura fosa para que sea expuesto públicamente a la veneración de los fieles.
Aquel día, 19 de junio de este año, se nos hizo saber que la Congregación para la Causa de los Santos con el acompañamiento del Papa Francisco se concedía la Beatificación del Venerable. Y desde ahí todos, pero todos, nos organizamos por Diócesis, parroquias y sectores para emprender un camino hacia el 2021 donde se hará realidad este exquisito regalo de Dios.
Dios actúa y lo hace de tal manera que siempre nos sorprende. En Dios aquella niña, Yaxury Solórzano, herida por la bala en su cabeza y que milagrosamente sanada por la intervención del Venerable Siervo de Dios Dr. José Gregorio Hernández Cisneros. Y es que Dios está vivo y su vida se esconde en gente humilde que ha venido a este mundo a servir. “Quien quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará” (Juan 12,26)
Lo que nos revela Dios es grande porque su amor es inmenso. Aquel muchacho llegado a Caracas se hace médico y en especial para los pobres y habiendo ofrecido su vida por la paz hoy se levanta de la fría tumba y nos señala la gran misericordia de Dios para con todos. "Sean diligentes, y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al Señor." (Romanos 12,11)
Hoy en silencio su cuerpo con las marcas del sufrimiento se nos presenta para agradecerle a Dios y para rogarle al Venerable que siga acompañando al pueblo venezolano que camina con pie firme en la búsqueda de la paz en la reconciliación de todos. Amén.
“La Iglesia de Venezuela cuenta con muchas personas que viven
con entereza su fe, dan testimonio de una vida acorde con el
mensaje del Evangelio, se entregan generosamente a hacer el
bien, siendo sal, luz y fermento para una sociedad mejor”
(Concilio Plenario de Venezuela. La proclamación profética del Evangelio de
Jesucristo en Venezuela, n. 6).
Padre Marcelo. @padrerivas
2020 octubre 26