PENTECOSTÉS
Esta fiesta la celebraban los judíos, recordaban el día
en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió
las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo
que Dios quería de ellos. Celebraban así, la alianza del
Antiguo Testamento que el pueblo estableció con Dios: ellos se
comprometieron a vivir según sus mandamientos y Dios se comprometió
a estar con ellos siempre.
Significa cincuenta días después de la fiesta Pascual.
Habrá que recordar que al morir Jesús en la cruz los apóstoles
se habían escondido y sentían mucho dolor, además,
el imperio romano perseguía a todo que tuviera prácticas
cristianas. Por eso en Pentecostés, la llegada del Espíritu
Santo, los apóstoles recuperan fuerzas perdidas, renuevan la
ilusión y el entusiasmo y así poder dar testimonio de
su fe en Cristo Jesús.
Jesús lo había prometido: “Mi padre
os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre:
el espíritu de Verdad” (San Juan 14, 16-17)
Más adelante les dice: “Les he dicho estas cosas mientras
estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el
Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará
todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.”
(San Juan 14, 25-26).
Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa: “Les
conviene que yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,... muchas
cosas tengo todavía que decirles, pero no se las diré
ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará
hasta la verdad completa,... y os comunicará las cosas que están
por venir” (San Juan 16, 7-14).
Entonces, en el calendario del Año Litúrgico,
después de la fiesta de la Ascensión, a los cincuenta
días de la Resurrección de Jesús, celebramos la
fiesta de Pentecostés.
¿Qué pasó ese día?
Después de la Ascensión de Jesús, se encontraban
reunidos los apóstoles con la Madre de Jesús. Era el día
de la fiesta de Pentecostés. Tenían miedo de salir a predicar.
Repentinamente, se escuchó un fuerte viento y pequeñas
lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.
Quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas
desconocidas. En esos días, había muchos extranjeros y
visitantes en Jerusalén, que venían de todas partes del
mundo a celebrar la fiesta de Pentecostés judía. Cada
uno oía hablar a los apóstoles en su propio idioma y entendían
a la perfección lo que ellos hablaban.
Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia
como tal.
El Espíritu
Santo es Dios, es la Tercera Persona de la Santísima
Trinidad. La Iglesia nos enseña que el Espíritu Santo
es el amor que existe entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan grande
y tan perfecto que forma una tercera persona. El Espíritu Santo
llena nuestras almas en el Bautismo y después, de manera perfecta,
en la Confirmación. Con el amor divino de Dios dentro de nosotros,
somos capaces de amar a Dios y al prójimo. El Espíritu
Santo nos ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.
Señales
del Espíritu Santo: El viento, el fuego, la paloma.
Estos símbolos nos revelan los poderes que el Espíritu
Santo nos da: El viento es una fuerza invisible pero real. Así
es el Espíritu Santo. El fuego es un elemento que limpia. Por
ejemplo, se prende fuego al terreno para quitarle las malas hierbas
y poder sembrar buenas semillas. El Espíritu Santo es una fuerza
invisible y poderosa que habita en nosotros y nos purifica de nuestro
egoísmo para dejar paso al amor.
Nombres
del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo ha recibido varios nombres a lo largo del nuevo
Testamento: el Espíritu de verdad, el Abogado, el Paráclito,
el Consolador, el Santificador.
Misión
del Espíritu Santo: Santificar, habitar en nosotros
(Juan 14,16 y 1 Corintios 3,16), interviene (orar) y nos da la verdad
plena.
Resumen…
• El Espíritu Santo es quien construye, anima, santifica,
da vida y unidad a la Iglesia.
• El Espíritu Santo asiste al representante de Cristo en
la tierra. Papa.
• El Espíritu Santo construye.
• El Espíritu Santo tiene el poder de animarnos y santificarnos.
Siete dones.
Los siete
dones del Espíritu Santo: Regalos de Dios.
1. Sabiduría para entender las cosas divinas.
2. Entendimiento para que nuestra inteligencia pueda
entender intuitivamente las verdades reveladas.
3. Ciencia para hacernos capaces de juzgar rectamente
las cosas creadas. Nos ayuda a pensar bien.
4. Consejo permite que el alma intuya rectamente lo
que se debe hacer.
5. Fortaleza para poder practicar las virtudes heroicas
con confianza y así superar los mayores peligros o dificultades.
6. Piedad para poder ayudarle a amar a Dios como Padre
y a los hombres como hermanos.
7. Temor de Dios para darle al alma la docilidad de
apartarse del pecado por temor a disgustar a Dios.
Oración
al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor; envía Señor tu Espíritu
Creador y se renovará la faz de la tierra.
OH Dios, que quisiste ilustrar los corazones de tus fieles con la luz
del Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo
Espíritu, obremos rectamente y gocemos de tu consuelo.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén