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Ánimo Enfermos
3. Textos Bíblicos
MATEO 4:23-24 «Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas, predicando las buenas noticias del reino (el Evangelio) y curando (sanando) todas las enfermedades y debilidades, y las dolencias entre la gente del pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los que sufrían padecimientos graves, a los endemoniados, los epilépticos, lunáticos y paralíticos, y Jesús los sanó.»

MATEO 8:2-3 «Y he aquí se le acercó un hombre enfermo de lepra y se postró ante El y adorándole, diciendo:”Señor si quieres puedes limpiarme y curarme”. Jesús extendió su mano y le tocó diciendo: “Quiero,¡sé limpio, quedas curado!” E inmediatamente su lepra desapareció, y fue limpio y curado.»

MATEO 8:6-7,13 «Y diciendo Señor, mi criado está en la casa enfermo, paralizado y sufriendo terribles dolores, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: “Yo iré y le sanaré” (le restauraré) ... entonces Jesús le dijo al centurión: “Vete, y como creíste, te sea hecho.” Y su criado fue sanado en aquella misma hora.»

MATEO 8:14-15 «Y cuando entró Jesús en la casa de Pedro encontró a la suegra de Pedro postrada en cama con fiebre. Jesús tocó su mano y la fiebre la dejó; y ella se levantó y les servía.»

MATEO 9:2, 5-7 «Y he aquí le trajeron un paralítico postrado por su enfermedad, acostado en una camilla y cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al paralítico: “Animo hijo tus pecados quedan perdonados y el castigo absuelto... Porque ¿qué es más fácil decir: Los pecados te son perdonados y el castigo absuelto, o decir levántate y anda?.” Pues para que sepáis, el Hijo del Hombre tiene autoridad y potestad en la tierra para perdonar pecados y absolver el castigo (dijo entonces al paralítico) “¡Levántate! toma tu camilla y vete a tu casa.” Entonces él se levantó y se fue a su casa.»

MATEO 9:20 22 «Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto, porque decía dentro de sí “Si tocare solamente su manto quedaré sana” Jesús, volviéndose y mirándola dijo “Animo hija, por tu fe, has sido sanada.” Y la mujer fue curada desde aquella misma hora.»

MATEO 9:27 30 «Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos gritando, “¡Ten compasión y misericordia de nosotros Hijo de David.!” Cuando Jesús llegó a la casa y entró los ciegos se le acercaron y Jesús les preguntó: “¿Creen ustedes que puedo hacer esto?” Le contestaron, “Si Señor.” Entonces Jesús tocó los ojos y les dijo: “Conforme a la fe que ustedes tienen y su confianza en mi investidura de poder, sea hecho”, y los ojos de ellos fueron abiertos y recobraron la vista. Jesús les advirtió mucho y les encargó rigurosamente diciendo: “Mirad que nadie lo sepa”.»

MATEO 9:32-35 «Mientras salían ellos, he aquí le trajeron un mudo endemoniado. En cuando Jesús echó fuera al demonio el mudo comenzó a hablar, y la gente se maravillaba con asombro y decían: “Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.” Pero los fariseos decían: “Por y con la ayuda del príncipe de los demonios El echa fuera los demonios.” Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino (las buenas noticias) y sanando toda enfermedad y toda dolencia y toda debilidad en el pueblo.»

MATEO 12:22 «Entonces fue traído a El un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.»

MATEO 14:14 «Al bajar Jesús de la barca vio la gran multitud, sintió compasión (lástima y profunda simpatía) de ellos y sanó a los enfermos.»

MATEO 15:30-31 «Y una gran multitud se le acercó. Llevaban cojos, ciegos, mancos, mudos, y otros muchos enfermos, que pusieron a los pies de Jesús y El los sanó y curó. De modo que la gente estaba asombrada viendo a los mudos hablar, a los mancos hechos completos, los cojos andar, y a los ciegos ver. Y reconocieron y adoraban y glorificaban y dieron gracias al Dios de Israel.»

MATEO 17:14, 15,18 «Cuando llegaron al gentío, vino a El un hombre que se arrodilló delante de El diciendo: “Señor, ten misericordia de mi hijo, que le dan ataques (epilépticos) y el sufre terriblemente; muchas veces cae en el fuego o en el agua”... Y entonces Jesús reprendió al demonio y lo hizo salir del muchacho. Y el muchacho quedó curado y sanado al instante.»

MATEO 20:30-34 «Y dos ciegos que estaba sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron diciendo: “¡Señor, Hijo de David, Ten misericordia, ten compasión de nosotros!.” Y la gente les reprendió para que se callasen, pero ellos clamaban más, diciendo: “¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!”, y deteniéndose Jesús, los llamó y les preguntó: “¿Que quieren que haga por ustedes?” Ellos le contestaron “Señor, que sean abiertos nuestros ojos y recobremos la vista.” Y Jesús compadecido, les tocó los ojos y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.»

MATEO 21:14 «Y vinieron a El en los pórticos del templo, ciegos y cojos, y los sanó.»

MARCOS 1:32-34 «Cuando llegó la noche luego que el sol se puso le trajeron todos los que tenían enfermedades y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, echó fuera muchos demonios, y no dejaba hablar a los demonios porque le conocían.(Por intuición).»

MARCOS 3:1-5 «En otra ocasión, Jesús entró en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada, o sea, seca. (El resultado de un accidente o enfermedad) y los fariseos espiaban a Jesús para ver si le curaría en el día de sábado. Ellos estaban buscando un pretexto para acusar a Jesús. Y Jesús le dijo al hombre de la mano tullida:”Levántate y ponte enfrente de todos.” Entonces Jesús les preguntó: “¿Que es lo que está permitido en día de sábado, hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o quitarla?” Pero ellos permanecían callados. Y El, pasando su mirada con enojo sobre ellos, profundamente apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre:”Estira la mano”; él la estiró y la mano le quedó completamente restaurada.»

MARCOS 3:10-11 «Porque había sanado a tantos, que todos los enfermos se echaban sobre El para tocarlo, todos los que padecían de dolencias graves. Y los espíritus inmundos, al verlo, se postraban delante de El y daban voces gritando “Tú eres el Hijo de Dios.”»

MARCOS 6:55-56 «Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que El estaba. Y dondequiera que entraba en aldeas, ciudades, o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto, y todos los que le tocaban, quedaban sanos.»

MARCOS 8:22-25 «Y vino a Betsaida, y le traen un ciego, y le ruegan que le tocase. Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea, y poniendo saliva en sus ojos y colocando las manos encima le preguntó si veía algo. Y el hombre, mirando dijo: “Veo a los hombres (me parece) que andan como árboles.” Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase.(es decir, que fijara sus ojos en objetos distintos) y fue restaurado y vio de lejos y claramente a todos.»

LUCAS 4:33-35 «Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz (gritó con toda su fuerza) diciendo: “Déjanos, ¿que tienes con nosotros? (¿Qué tenemos en común?) Jesús Nazareno, has venido para destruirnos? Te conocemos quien eres, el Santo de Dios.” Y Jesús les reprendió diciendo: “Cállate y sal de él.” Entonces el demonio, derribando al hombre en medio de ellos, salió de él y no le hizo daño alguno.»

LUCAS 4:40-41 «Y poniéndose el sol (que significaba el fin del día sábado) todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían a El. Y El, poniendo sus manos sobre cada uno de ellos los sanaba y los curaba todos. Y salían también demonios de muchos, gritando y dando voces, diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios”. Mas El los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que El era el Cristo, el Mesías.»

LUCAS 6:17-19 «Y Jesús descendió con ellos, y se paró en un lugar plano, y la compañía de sus discípulos, y una gran multitud del pueblo de toda Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, que habían venido a oírle, y ser sanados de sus enfermedades; y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos, también estaban siendo curados. Y toda la gente procuraba tocarle, (porque poder divino salía de El) y sanaba a todos. (Es decir, salvándoles de enfermedades graves y calamidades)»

LUCAS 7:12-15 «Y cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera a un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda. Y había con ella grande compañía de la ciudad. Y como el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: “No llores”. Y acercándose, tocó el féretro, y los que lo llevaban se pararon. Y dijo: “Joven, a tí te digo, ¡Levántate!” (de la muerte). Entonces el muerto se incorporó, se sentó y comenzó a hablar. Y Jesús se lo entregó a la madre.»

LUCAS 7:21-22 «Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas y de espíritus malos; y a muchos ciegos les dio (un regalo gratis, grato y lleno de alegría) la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: “Id, dad las nuevas a Juan de lo que habéis visto y oído; que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres es anunciado el evangelio. (Las buenas noticias)»

LUCAS 8:1-2 «Y aconteció después, que (Jesús) caminaba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios; y los doce (apóstoles) con el y algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena de la cual habían salido siete demonios.»

LUCAS 13:10-13 «Ahora Jesús enseñaba en una sinagoga en día sábado, y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad hacía dieciocho años y andaba agobiada (Causado por un demonio de enfermedad) y que de ninguna manera se podía enderezar. Y como Jesús la vio, la llamó y le dijo: “Mujer, libre eres de tu enfermedad.” Y puse las manos sobre ella; y luego se enderezó y glorificaba y alababa a Dios dándole gracias.»

LUCAS 17:12-14 «Y entrando en una aldea, viniéronle al encuentro diez leprosos, los cuales se pararon lejos. Y alzaron la voz diciendo: “Jesús, Maestro, Ten misericordia de nosotros.” Y cuando El los vio, les dijo: “Id, (ahorita) mostraos a los sacerdotes”, y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios y curados.»

JUAN 4:46-51 «Así Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había un alto oficial del rey que tenía un hijo enfermo en Capernaum. Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo que estaba a punto de morir. Jesús le contestó: “Ustedes no creerán ni confiarán si no ven señales y milagros.” Pero el oficial le dijo: “Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera.” Jesús le dijo entonces: “Vuelve a casa en paz, tu hijo vivirá.” El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue a su casa. Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: “¡Su hijo vive!”.»

JUAN 5:3-9 «En los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos, y tullidos echados en el suelo, que esperaban el movimiento del agua. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años con una enfermedad prolongada. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se entero del mucho tiempo que llevaba así en su condición, le preguntó: “¿Quieres recobrar tu salud?” (¿de verdad quieres curarte?) El enfermo le contestó: “Señor, no tengo nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero.” Jesús le dijo: “¡Levántate! ¡Recoge tu camilla y anda!.” Al instante, el hombre recobró sus fuerzas y fue sanado, y tomó su camilla y comenzó a andar...»

1.1. Enfrentar la enfermedad
1.2. ¿Cómo llevar comunión a un enfermo?
1.3. Los enfermos
1.4. Aceptar la enfermedad.
2. Oraciones a favor de los enfermos.

3. Textos Bíblicos