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10. Cuando muere un ser querido
Cuando muere un ser querido
A todos nos llegará el momento de ver morir a los familiares y seres queridos. Ante este hecho tan doloroso se hace necesario que reflexionemos.
“Nadie puede explicarnos el dolor, su ilimitado alcance ni sus profundidades misteriosas. Nadie nos puede describir el vacío que deja en el mismo centro de nuestro ser, ese vacío que nada lo llena”.
La muerte de un ser querido llega en muchas formas…el esposo o la madre a quien uno quiso mucho durante medio siglo…el niño que uno nunca conoció…la muerte violenta, o el suicidio, de un amigo. En cualquier forma que sea, la muerte de un ser querido nos sacude y nos llena de una sensación de que todo se ha acabado, para lo cual nadie está realmente preparado.

Entendiendo el dolor
“Nunca nadie me dijo que el dolor se sentía como se siente el miedo…La misma tensión en el estómago, el mismo malestar”.

Las reacciones físicas más comunes son el agotamiento, la pérdida o el aumento del apetito, el insomnio, tensión en el pecho, falta de la respiración y mareos. Los efectos emocionales incluyen el no reaccionar, la ansiedad, a veces hasta un sentido de culpa. También se llega a sentir rabia, depresión, irritabilidad, falta de concentración, abandono y miedo de “enloquecerse”. Estas sensaciones son difíciles pero son normales.

“Si la relación con la persona fallecida era problemática, el proceso de recuperación puede ser aún más complicado, especialmente si al momento del fallecimiento no se habían resuelto algunos problemas”.

“Si usted quiere resolver su pena, si quiere sobrepasar el dolor…pues tarde o temprano deberá enfrentarlo y atravesarlo”

¿Qué hacer cuando se le muere un familiar aun amigo?
• Escuche. Esté presente, sin pensar que tiene que dar consejos constantemente, o estar levantando el ánimo.
• Deje que su amigo llore.
• Comparta recuerdos de la persona que falleció.
• Evite decir, “entiendo cómo te sientes”. Nadie puede entender el dolor de otros.
• Visite, llame y escriba regularmente.
• Ofrezca apoyo, pero deje que la persona que sufre tome sus propias decisiones.
• Acepte los cambios que verá en su amigo. La pena por duelo puede causar altas y bajas emocionales. Rece por su amigo.

Diez pasos hacia la recuperación.
1. Tómese el tiempo que necesite para sentir pena, y para recuperarse.
2. Permita que sus seres queridos sepan cómo se siente.
3. Hable con alguien que ha pasado por una experiencia semejante. Considere recurrir a un grupo de apoyo.
4. Escribir notas diariamente puede ser una buena válvula de escape.
5. Sea bondadoso consigo mismo. Aliméntese y haga ejercicio. La actividad física alivia el estrés.
6. No se permita a sí mismo colocarse en un pedestal, por la admiración que otros tengan de su valentía.
7. Lea, infórmese sobre la pena y el duelo. Los profesionales, y quienes han pasado por una experiencia similar, tienen mucho que enseñar.
8. El momento más difícil puede presentarse a los seis meses del fallecimiento, cuando los demás comiencen a pensar que usted ya se tiene que haber recuperado.
9. Trate de ayudar a los demás. Eso es bueno para no pensar demasiado en sí mismo.
10. Rece. Sepa que Dios está con usted en su dolor y en su soledad, y que le dará fuerzas para seguir adelante.

Oremos a Dios Padre Todopoderoso por el eterno descanso de nuestro hijo, y pidamos con fe firme en la resurrección, que cada uno de nosotros, en medio de este dolor, comprenda la necesidad de amarnos en la vida y de llegar a la plenitud de la solidaridad en del abrazo del perdón. Te lo pedimos por Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.


Parroquia Santa Ana, Padre Marcelo y el Consejo Parroquial
El Padre siempre misericordioso, el Dios del que viene todo consuelo, el que nos conforta en todas nuestras aflicciones.
2 Corintios 1:3,4

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