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5. LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE EN LA BIBLIA
El pueblo de Dios tardó siglos en llegar a creer en la vida después de la muerte. Pero también es cierto que la mayoría de las culturas y pueblos de la antigüedad creían que "algo" había, algún tipo de comunión con los difuntos.
En el Antiguo Testamento podemos ver como el pueblo de Dios todavía no tenía una idea clara sobre la vida después de la muerte: salmo 30 (29), 10. Pero poco a poco fue creciendo en el pueblo la certeza de una existencia después de la muerte. Dios con su pedagogía divina, respetó los pasos del pueblo.
¿Cómo surgió y fue imponiéndose la idea de una vida después de la muerte?
Israel creía que Dios premia a los buenos y castiga a los malos. Pero la realidad parecía desmentir este principio, pues lo que con más frecuencia se veía -y todavía se ve- es que el justo sufre y el injusto queda impune. Son muchos los textos de la Biblia que reflejan esa preocupación. Entonces el pueblo se preguntaba: "¿Cómo es posible?" A partir de aquí, y poco a poco, nació la idea de una existencia más allá de la muerte.
Los libros más recientes del Antiguo Testamento ya presentan estas concepciones como una conquista. Se puede consultar, por ejemplo, el capítulo 5 del libro de la Sabiduría, que afirma "Los justos viven para siempre" (5,15). La creencia en la resurrección aparece por primera vez en el Antiguo Testamento en el capítulo 7 del segundo libro de los Macabeos, donde uno de los hermanos Macabeos dice: "Tú, criminal, nos quitas la vida presente; pero el rey del mundo nos dará después una vida eterna a los que morimos por sus leyes." (2 Mac 7,9)
El Nuevo Testamento y la práctica de Jesús va en ese mismo sentido. Basta recordar algunos textos como, por ejemplo Jn 6,52-55 o Jn 11 que nos narra la resurrección de Lázaro. Jesús anunció la resurrección y la vida más allá de la muerte con sus acciones y palabras: Mt 22,23-33
Uno de los textos más significativos se encuentra en el capítulo 15 de la primera carta a los Corintios. En la ciudad de Corinto había gente que pensaba que la muerte era el final del camino de la vida. En este largo capítulo, Pablo ayuda a las personas a reflexionar sobre el tema a la luz de la resurrección de Jesús. Otro texto interesante para el análisis está en 1Tes 4,13-18. En esta carta, Pablo todavía creía que la segunda venida de Cristo tendría lugar de modo casi inmediato. Señal de que también él, más tarde, tuvo que revisar su pensamiento.
La resurrección en la que creemos los cristianos no consiste en la recuperación del cuerpo por un alma inmortal, sino en el acto del Dios justo que da al ser humano su propia vida, y eterna.
La resurrección universal sucederá al fin de los tiempos. Excepcionalmente Pablo dice que nosotros ya hemos resucitado con Cristo: Col 3,1-3; sin embargo no se puede pretender que la resurrección ya haya sucedido: 2 Tim 2,18. Normalmente es el término "vida" el que caracteriza el efecto de la resurrección de Jesús sobre los creyentes: éstos han pasado de la muerte a la vida: 1 Jn 3,14. Los futuros cuerpos gloriosos no se describen nunca en el Nuevo Testamento. Pablo se limita a calificarlos como cuerpos "espirituales", por oposición a los cuerpos terrestres perecederos: 1 Cor 15, 35-53.

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