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Litúrgicos |
UNA COMUNIDAD ORANTE ANTE JESUS SACRAMENTADO
La idea central es que en el Año de la Eucaristía cada Comunidad se reúna todos los jueves en un lugar y hora determinado para que se exponga el Santísimo por un Ministro y allí se tenga una hora de adoración.
Tener presente: Se
manda a hacer una custodia o la herramienta donde se expondrá el
Santísimo.
Pasos para la adoración por parte del Ministro: · Canto de entrada · Palabras de introducción o reflexiones para pegar en algún cartelón:
Siendo el pan una comida que nos sirve de alimento y se conserva guardándole, Jesucristo quiso quedarse en la tierra bajo las especies de pan, no solo para servir de alimento a las almas que lo reciben en la sagrada Comunión, sino también para ser conservado en el sagrario y hacerse presente a nosotros, manifestándonos por este eficacísimo medio el amor que nos tiene. San Alfonso Mª de Liborio
Quiere El, para el bien de las criaturas, que su cuerpo, su alma y su divinidad se hallen en todos los rincones del mundo, a fin de que podamos hallarle cuantas veces lo deseemos, y así en El hallemos toda suerte de dicha y felicidad. Santo Cura de Ars
(El
ministro de rodillas frente al Santísimo) Se puede tener en un
embase carbón encendido con un poco de incienso para aromatizar
y crear ambiente. Cuidado lo importante no es el incienso o que estén
los carbones encendidos y esto distraiga a todos los presentes. Lo importante
es el Santísimo y la reunión de la comunidad en oración.
Les
diste pan del cielo. Luego
se pone en pie y dice: Oremos.
Liturgia
de la Palabra La ultima Cena (Mt. 14, 12-16. 22-26). Jesús hizo un milagro con pan; alimentó a toda la gente. Después, enseñó que Él es el pan que bajó del cielo. Él mismo es alimento (Jn 6, 35-41).
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros (Jn 6, 51-53).
De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa indignamente será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor (1 Co 11, 27). Lc 9, 16: «Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió»; Mt 14, 19 y Mc 6, 32: «…levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición…».
"Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10) ‘quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo que el que me come vivirá por mí’ (Jn 6, 57-58)
Primera Lectura Te di un alimento que tú ni tus padres conocían Lectura del libro del Deuteronomio 8, 2-3.14b-16ª En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer si ibas a guardar sus mandamientos o no. El te afligió haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que ni tú ni tus padres conocían, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. No sea que te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto y de la esclavitud; que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, lleno de serpientes y alacranes; que en una tierra árida hizo brotar para ti agua de la roca más dura, y que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres” Palabra de Dios.
Salmo 147 Responsorial: Bendito sea el Señor. Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. Bendito sea el Señor. El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre; él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. Bendito sea el Señor.
Le muestra a Jacob sus pensamientos, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo ni le ha confiado a otro sus proyectos. Bendito sea el Señor.
Segunda Lectura. El pan es uno y los que comemos de ese pan formamos un solo cuerpo Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17 Hermanos: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan. Palabra de Dios.
Evangelio Pequeña reflexión Oración
de los Fieles
Para que los obispos y presbíteros, cuando presidan la celebración Eucarística, vivan tan plenamente identificados con el Señor que el pueblo vea en ellos la imagen viva de Cristo, que preside a quienes se han reunido en su nombre, roguemos al Señor. Escúchanos, Padre.
Para que pronto llegue el día en que todos los cristianos celebremos la Eucaristía en la unidad de una sola Iglesia, y todos los humanos, de un extremo al otro del mundo, ofrezcan el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo, roguemos al Señor. Escúchanos, Padre.
Para que los fieles que se encuentran a las puertas de la muerte, dejen este mundo llenos de paz y de confianza en las promesas del Señor; y fortalecidos con el Cuerpo de Cristo, lleguen al reino de la felicidad y de la vida, roguemos al Señor. Escúchanos, Padre.
Para que el Señor fortalezca constantemente nuestra fe y acreciente nuestro amor, a fin de que adoremos siempre en espíritu y verdad a Cristo, realmente presente en el admirable sacramento de la Eucaristía, roguemos al Señor. Escúchanos, Padre.
El que preside: Dios nuestro, siempre fiel a tus promesas, que alimentas a tu pueblo con amor, escucha nuestras oraciones y acrecienta en nosotros el deseo de saciarnos de ti, fuente de todo bien; y haz que, fortalecidos con el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, avancemos por la senda de nuestra vida hasta llegar a la asamblea de los santos, y allí participemos eternamente en el banquete de tus elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ALABANZAS
DE DESAGRAVIO Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su Preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Reza
el Padre Nuestro Le
amamos sobre todas las cosas Señor, no permitas que jamás nos apartemos de Ti. Amén
Se
reza le ave María |