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Nuestra Parroquia
Datos curiosos
Fiesta: 26 de julio
Madre de la Virgen María
Fecha de canonización: culto extendido a toda la Iglesia en 1584
Nacionalidad: judía
Patrona: contra pobreza, carpinteros, personas sin hijos, caseros, amas de casa, abuelas, trabajadores del cordón, artículos perdidos, mineros, madres, pobreza, mujeres embarazadas, Quebec, Santa Ana Pueblo indio, costureras, esterilidad, mujeres trabajadoras.

Ana (del hebreoHannah, gracia) es el nombre que la tradición ha señalado para la madre de la Virgen.

En Oriente, al culto a Santa Ana se le puede seguir la pista hasta el siglo IV. Justiniano I (muerto en 565) hizo que se le dedicara una iglesia.

El canon del oficio griego de Santa Ana fue compuesto por San Teófanes (m. en 817), pero partes aún más antiguas del oficio son atribuidas a Anatolio de Bizancio (m. en 458). Su fiesta se celebra en Oriente el 25 de julio, que podría ser el día de la dedicación de su primera iglesia en Constantinopla o el aniversario de la llegada de sus
supuestas reliquias a esta ciudad (710).

En la Iglesia Latina, Santa Ana no fue venerada, salvo, quizás, en el sur de Francia, antes del siglo XIII. Su imagen, pintada en el siglo VIII y hallada más tarde en la Iglesia de Santa María la Antigua de Roma, acusa la influencia bizantina

Las supuestas reliquias de Santa Ana fueron llevadas de Tierra Santa a Constantinopla en 710 y aún se custodiaban en la basílica de Santa Sofía en 1333.

Santa Ana es la patrona de Bretaña. Su imagen milagrosa (fiesta, 7 de marzo) es venerada en Notre Dame d´Auray, en la diócesis de Vannes. También en Canadá -donde es la patrona principal de la provincia de Quebec- el santuario de Santa Ana de Beaupré es muy famoso. Santa Ana es patrona de las mujeres trabajadoras; se la representa con la Virgen María en su regazo, que también lleva en brazos al Niño Jesús.
Es además la patrona de los mineros, que comparan a Cristo con el oro y con la plata a María.

San Joaquín y Santa Ana son los padres de la Virgen María.

Joaquín y Ana son los nombres que una tradición, que arranca del siglo II, atribuye a los padres de la Virgen María. Son dos nombres llenos de grandeza a los ojos de Dios, grandeza que se esconde en la sencillez y la humildad. Dos nombres con un sentido maravilloso y providencial.
Ana "la Madre de la Mejor", como la llama Lope de Vega en el título de una comedia, quiere decir amor y plegaria.
En el libro I de Samuel aparece otra Ana, la madre de Samuel, con una historia parecida a la de la madre de la Virgen María. Estaba rezando ante el Señor. Movía los labios, pero no se oía su voz. Los sacerdotes creen que está borracha. "No he bebido vino, les dice, es que estaba derramando mi alma ante el Señor". Su alma estaba llena de tristeza. Sufre el oprobio de la esterilidad, porque Dios no la ha considerado digna de darle un hijo que pudiera ser el Mesías de Israel. Dios la hizo madre de Samuel.
De Joaquín y Ana podemos decir que si Dios los escogió para una obra tan admirable, grandes tuvieron que ser aquellos dos corazones.

El culto a San Joaquín es más reciente. Pero el culto a Santa Ana es muy antiguo. En Jerusalén está la iglesia de Santa Ana, cerca del templo. Allí vivían, según la tradición, Joaquín y Ana. Y, según la opinión de muchos Padres, ahí nació la Aurora de nuestra salvación.

Grande es la dignidad de Santa Ana por ser la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la eternidad para ser Madre de Dios, la santificada desde su concepción, Virgen sin mancilla y mediadora de todas las gracias. Nieto de Santa Ana fue el hijo de Dios hecho hombre, el Mesías, el Deseado de las naciones. María es el fundamento de la gloria y poder de Santa Ana a la vez que es gloria y corona de su madre.

El Papa León XIII dignificó su fiesta, que se celebró por separado hasta la última reforma litúrgica.