La actual discusión y los cambios planteados a la legislación educativa, que se encuentra en manos de la Asamblea Nacional, está llamando  la atención en cuanto a que, entre otras cosas, podría conducir a la eventual eliminación de la educación religiosa escolar, lo que significa la laicización de la educación o lo que algunos han dado en llamar “educación laica”, término que por cierto sería discutible. Ahora bien, esto no es una novedad, pues desde muy temprano en la historia de las repúblicas hispanoamericanas, e influidos por el “modernismo”, o mejor, por la “masonería”, se trató de imponer leyes educativas laicistas o “liberales”. En este sentido los ejemplos emblemáticos los encontramos en el caso argentino, mexicano y uruguayo. Particularmente, en el caso venezolano destacan las acciones llevadas a cabo por Antonio Guzmán Blanco, que en la segunda mitad del siglo XIX y amparado por la Ley de Patronato, trató de confinar la educación religiosa cerrando los Seminarios y expulsando a las congregaciones religiosas. Más adelante y ya el siglo XX, otros intentos como los realizados durante la Junta de Gobierno del trienio 1945 – 1947, no obtuvieron ningún apoyo por parte de la sociedad venezolana. Pero, ¿que se persigue con el planteamiento de una educación laica? Mucho se puede especular al respecto y el debate estaría a la orden del día, pues desde los ateos, pasando por los agnósticos y hasta llegar a los representantes de las diversas denominaciones religiosas, querrían alegar e intervenir. Sin embargo, lo que en mi opinión está claro, son las consecuencias negativas que se derivan de ello. La educación religiosa es una ocasión propicia para acercar a los niños y jóvenes a los altos valores humanos, morales y éticos contenidos en el cristianismo. Y es que el hombre es un ser eminentemente espiritual, al que no se le pueden negar las oportunidades de desarrollar esa faceta de su vida. Ya los regímenes marxistas lo intentaron, por ejemplo, en las antiguas repúblicas soviéticas, donde se trató de erradicar sistemáticamente la religión. Pero ya sabemos como terminó la historia, por más que personajes de la talla de Lenin o Stalin, quienes con un poder casi omnímodo sobre sus pueblos, traducido en un culto a la personalidad, trataron de desterrar de los corazones de los rusos la fe religiosa. Esta nunca murió y por el contrario luego del desmembramiento de la URRS, en las antiguas repúblicas soviéticas y los países miembros del pacto de Varsovia, se ha observado un resurgimiento con mucha fuerza de la dimensión espiritual de sus pueblos. Y en otro contexto, debemos recordar que ni Mao Tsé-tung, con su revolución cultural, pudo desterrar a Confucio y al culto a los ancestros en China, ni al Budismo del Tibet.  Definitivamente y en el respeto de las diversidades étnicas y culturales, Venezuela es desde su génesis una nación cristiana y católica, por lo cual el argumento de la educación laica no tiene sentido, pues sería negar las raíces mismas del gentilicio.  Es menester resaltar, que la legislación educativa toca una parte fundamental de un país, pues se trata de la formación de las nuevas generaciones, los futuros ciudadanos que darán sentido al concepto de nación. Por lo tanto es necesario observar cuidadosamente todos los detalles de esta legislación e intervenir allí donde sea necesario.

¡Quien bien te quiere...!

Mayo, mes de las flores, mes de la madre. Quiero compartir contigo un recuerdo, que he evocado en el mes de la madre, mientras veía mi álbum de fotos familiar. Y un recuerdo de algo que cambió mi vida.

Ya había alcanzado la dichosa Edad del gallo. Me sentía con más fuerzas que nunca y al levantarme un día dije « ¡Basta! » No aguantaba más. Mi mamá me regañaba casi todos los días: « Alexis, no puedes salir a jugar,  no comes con educación,  no te esfuerzas en clases, que tu abuelita me dijo que hiciste tal...etc. ».

Y una serie de ideas venía a mi mente madura en busca de libertad e independencia: huir de casa, hacerle la ley del hielo a mi mamá, etc. Hasta que un día mi maestra de la escuela, una gran amiga, notó algo y llamándome en un recreo, me hizo confesar todo. Me miró con cariño y  con sabiduría y confianza me dijo: « Ale, no te preocupes, que quien bien te quiere, bien te hará llorar» No comprendí esas palabras hasta el día de hoy.

Ahora tengo 22 años, y puedo confesarte que soy feliz como pocos: tengo el tesoro de la fe intacto e enriquecido, estudio en una excelente universidad, tengo unos amigos que sin mentirte casi considero como padres... en fin, puedo decirte que lo tengo todo. Y lo tengo todo, no gracias a mis deseos de volar independiente, ni gracias a mi propósito de querer ser un rebelde sin causa: lo tengo gracias a mi madre. Ella, como todas las madres que embellecen este jardín del mundo, quería hacerme partícipe de su perfume, quería enseñarme que la belleza y la felicidad se alcanzan con docilidad y con unas gotas de dolor. Y no escatimó ningún sacrificio para plasmar en mi alma la verdad del amor, y amor que es entrega desinteresada.

Si en estos días te encuentras con tu mamá, si me permites un consejillo,  detente un segundo, mírala, piensa un momento en que gracias a su donación tu tienes vida, tienes salud, tienes fe... y dale un beso como nunca se lo has dado, agradeciéndole con toda tu alma.

Al lado de la foto, encontré la letra de una canción que compuso un amigo de mi infancia y que en unas líneas dice así: «Gracias, Mamá, por la vida que me das, por tu sonrisa angelical. Gracias, Mamá, por los latidos de tu amor, por tu lucha y comprensión, por ser valiente y la mejor. ¡Gracias a Dios, mi Mamá» Yo quiero cantarla ahora -si no te molesta- y si quieres te invito a cantarla conmigo, pues de verdad ¿qué sería de nosotros si no tuviéramos a nuestra mamá?

PREJUICIOS A LA BORDA

J.E. MÚJICA

(virtudesyvalores@arcol.com)

Para algunos, el día de su elección, los defectos hallaron un modelo concreto en quién encarnarse. Dijeron que era un Cardenal conservador y que, como Papa, no se esperaría menos. Y ha sido cierto. Él, como todos los Papas, es custodio de la verdad, de la única verdad que jamás cambia: la fe. Verdad que, a través de los tiempos, ha permanecido radiante y luminosa, gracias al Primado petrino que la ha conservado, mantenido e impulsado.

            Dijeron que era un « intelectual » (como si reconocer los dones del prójimo fuese un insulto), y lo es. Menos mal que lo es, que para guiar esa gran « barca » , la Iglesia universal, hace falta mucha inteligencia. Pero no sólo posee una mente brillante, también hemos sido testigos de de su talante humilde, de su doctrina llana sin detrimento de la hondura eminente, de la cercanía con su grey, de su estatura espiritual y humana. Es un hombre, más que de libros, de oración, de intensa vida interior y de sentimientos profundos. Sus reflexiones no son el resultado de un discurrir exclusivo con la razón, sino fruto del diálogo con el Maestro.

            Dijeron que era anciano, que tras el Pontificado del Papa Magno, serían un Pontífice de transición. Y tenían razón y la tendrán todos los que concluyan en semejante corolario. Es un Vicario de Cristo de transición como lo han sido todos los Sumos Pontífices. Hasta donde se sabe, ninguno ha pensado quedarse en la silla de Pedro hasta la parusía. Y de lo de viejo… a juzgar por la jornada mundial de la juventud de Colonia (¿en Alemania?, sí, ¡en Alemania!), los jóvenes hicieron  un contacto natural, avasallador e inmediato, con un  hombre que ronda los ochenta años que no deja de sorprender.

            Dijeron también que su lenguaje sería elevado, que no « engancharía » con las masas… ¡oh, decepción! Así respondía a Andrés, uno de los más de cien mil niños que hicieron la primera comunión y que tuvieron un encuentro con él, en octubre de 2005, cuando le preguntó por qué no veía a Jesús en la Eucaristía: « …no vemos nuestra razón y, sin embargo, tenemos la razón. No vemos nuestra inteligencia, y la tenemos (…) No vemos la electricidad, la corriente, pero vemos la luz (...) Tampoco vemos con nuestros ojos al Señor resucitado, pero vemos que donde está Jesús, los hombres cambian, se hacen mejores (…) No vemos al Señor mismo, pero vemos sus efectos; así podemos comprender que Jesús está presente » .

            Y ese modesto hombre de Dios del que han dicho tantas cosas, ha ofrecido su vida al servicio de la humanidad. No ha cesado de hablar con la fuerza de su palabra arrolladora ni ha renunciado a decir verdades pues sabe que la verdad nos hace libres, que la verdad libera al hombre, que lo transforma, que lo encamina necesariamente a la Verdad última que es Dios. Su vida es servicio y servir es un don, una exigencia para el católico. Un don privilegiado que manifiesta que « Dios es amor » , como nos recordó en su primera encíclica.

            Servir es alzar la voz en nombre de los débiles y oprimidos; es reclamar la libertad religiosa pues « si no se teme a la verdad no se puede temer a la libertad » . Servir que es devolver al hombre su dignidad, mostrarle su valor y recordarle sus principios. Servir es proclamar la exigencia, la necesidad, de la paz; servir es abogar por los pobres y es encaminar a los cristianos a la unidad cada vez más apremiante.

            Ya va para un año de pontificado. De pontificado fecundo que, en la Iglesia, sólo se entiende como disposición y renuncia a sí mismo. Las falacias, sofismas y prejuicios, aquellos « decires aventurados », seguirán cayendo por sí solos. ¡Salve, Benedicto!

El Rock de Benedicto XVI

Carlos Padilla

(virtudesyvalores@arcol.com)

Me confió Tito:“...A mi banda de rock le bautizamos (y nunca mejor dicho) “Benedicto XVI”, a modo de broma y sutil ironía”. “La  habíamos formado ese 19 de abril, contagiados por el furor de los medios de comunicación. Imaginábamos entre carcajadas lo divertido que sería subir con las pintas de rockeros, con las barbas y los jeans; bajo el nombre del nuevo Papa. Sólo pensarlo hacía reír...”

         A “Tito” lo conozco y se que para él su guitarra, lo es todo, su novia es el otro todo y la universidad, eso si, también es el otro todo. ¡Cómo me gusta ese dramatismo radical en la juventud!.  Y entre ese todo, aparece también Dios... “Parecería increíble ¿no?, con lo liberales que somos los jóvenes de hoy. Pero ya ves, de primera instancia lo rechazamos todo, luego ya lo vamos reflexionando; a mi con Ratzinger me paso igual. Había escuchado todo eso del Panzerkardinal, del tradicionalista y hermético vaticanista. En mi entorno, escucho a diario las metralletas ideológicas contra esa Iglesia ultraconservadora, la culpable del holocausto, el sida, los traumas y casi, casi también el évola y las derrotas de Shumager.” Apunta Tito.

“Y en lo que va de Pontificado, Benedicto me ha sorprendido muchísimo, porque va desinflando toda esa algarabía de prejuicios y motes de anticuado e intelectualista. Ratzinger de aburrido y oscuro tiene poco: le prestan, gorritos y se los pone, saluda a todo tipo de personas, creo que si un día le regalo la guitarra, el la rascaría sin miramientos, de verdad”.

         Pero lo más importante es que este hombre habla sin tapujos, es claro ante la vida y ante Dios, tiene la profundidad y agudeza de un arpón en el océano y la cercanía de un humilde pescador.  El pensamiento del Papa se ha mostrado sumamente adecuado al mundo de hoy y lo he constatado en la historia real que hoy cuento.

Me ha parecido increíble la relación a distancia que sin querer, se ha dado entre Tito y Benedicto; tienen sus diferencias de entorno, cultura, edad y hasta de ideologías. Sin embargo parece que la pregunta inquietante de uno es respondida con viveza y claridad por el otro. Y es que mientras Tito con sus ojos hipnotizantes y radiantes me decía: “Para que el joven de hoy se acerque a la Iglesia es necesario que el mensaje no se le presente como una mera imposición un temor al infierno y un control a nuestras diversiones...” yo pensaba en aquella declaración del Papa en Colonia “Hay que mostrar que el Cristianismo no es una lista de prohibiciones” traje también a la mente su discurso ante el millón trescientos mil “Titos” reunidos en Alemania  " Jóvenes: aquél al cual nos sometemos es Amor. Así la sumisión adquiere sentido, porque no nos impone cosas extrañas, sino que nos libera desde lo más íntimo de nuestro ser” . agosto 2005

Si pensábamos que el Papa era un “ente intelectualoide” que vivía en su misticismo y alejado de las circunstancias actuales, nos hemos equivocado. Cuando el vocalista de la banda de Rock me mencionó a la religión como la fuente que le ha permitido ser solidario, generoso y sobre todo fiel a su pareja en medio de este mundo que “entiende el sexo como un deporte”. Sentí la necesidad de leer un párrafo de la encíclica “Deus Caritas est”, él me escuchó asombrado...

“E l eros ebrio e indisciplinado no es elevación, « éxtasis » hacia lo divino, sino caída, degradación del hombre. Resulta así evidente que el eros necesita disciplina y purificación para dar al hombre, no el placer de un instante, sino un modo de hacerle pregustar en cierta manera lo más alto de su existencia, esa felicidad a la que tiende todo nuestro ser.” DCE.-4

Y así, a lo largo de la charla me va quedando clarísima la aptitud y actualidad de la doctrina de la Iglesia, su capacidad de convencimiento, de diálogo fresco y abierto; no hay ya duda de que el Papa, ni impone, ni obliga a nada, pero sí que es capaz de dar respuestas a un mundo convulso, al mundo de los millares de “Titos”, reales, vivos, inquietos, de carne y hueso, de barbas y pintas rockeras.

Sandra Bruzual

El tiempo es padre de la verdad...

"Volver a creer"
Sandra Bruzual

Uno de los conflictos más comunes que enfrentamos los seres humanos es la falta de fe:dejamos de creer en las personas que amamos cuando éstas nos mienten;dejamos de creer en nosotros mismos cuando algo nos sale mal;dejamos de creer en las cosas de Dios cuando nos apartamos de su camino...Somos desconfiados por naturaleza y ,a menudo,pedimos pruebas para creer en los milagros.
La película infantil "El expreso polar"es un canto a la esperanza,un reencuentro con el verdadero sentido de la navidad,ése que solemos olvidar cuando somos atrapados por el consumismo y la vanidad.Cuenta la historia de un niño que había dejado de creer en la existencia de Santa Claus: había crecido y se sentía decepcionado porque nunca pudo ver a Santa deslizándose por la chimenea de su casa;nunca pudo escuchar el sonido de los cascabeles que anuncian la llegada de la comitiva de renos que conducen a Santa por todo el mundo.
En "El expreso polar" sólo entran algunos niños:los incrédulos,los pobres que siempre quedaban esperando regalos,los necesitados de humildad para entender que la navidad es más que abrir regalos ; pero también lo abordaban aquellos que siempre habían creído en la magia de la navidad.
La película es un aprendizaje,una aventura para todos los que viajan en el tren y para los espectadores que siempre hemos deseado ser parte de ese viaje imaginario a sitios increíblemente bellos;pero el gran protagonista es el niño incrédulo que descubre que el verdadero sentido de la navidad está en su corazón.
La tradición venezolana es esperar la llegada de Niño Jesús después de medianoche del 24 de diciembre.Muchos niños permanecen despiertos para ver si realmente es el "Niño Jesús" quien traerá sus regalos.¿Cuántos hemos dejado de creer en él?¿Cuántos hemos olvidado que la navidad nos invita a recordar el milagro de la Natividad del Señor?
"El expreso polar"permite reencontrarnos con la fe,con la certeza de esas cosas que formaron parte de nuestra infancia y que al crecer,dejamos olvidadas.Nos permite creer que verdaderamente sucederá algo increíble y hermoso durante la Nochebuena (unos esperan a Santa,nosotros al Niño Jesús) :un mensajero que Dios envía para recordarnos que la felicidad en la navidad es VOLVER A CREER.

Cuando nos acercamos a Dios - a través de la oración-,creemos firmemente en que nos está escuchando y esa certeza viene de la fe.

Neale Donald Walsch en su libro "Conversaciones con Dios",plantea que "la oración correcta no es nunca de súplica,sino de gratitud".

Cuando damos gracias a Dios por adelantado por aquello que hemos decidido experimentar en nuestra vida,estamos reconociendo que eso está ahí,que ya lo tenemos.

El autor de "Conversaciones con Dios",afirma que la gratitud es "la más poderosa afirmación dirigida a Dios";una afirmación a la que habrá contestado incluso antes de que se le formule.Por eso,no debemos acudir a Dios suplicándole,sino más bien agradeciéndole por cada bendición que nos regala.

Tener confianza en ello no significa que utilicemos la gratitud como "una herramienta para manipular a Dios". No podemos engañarnos a nosotros mismos.

Dios nos conoce,sabe cuáles son nuestros pensamientos y,en ese sentido,nos permite tener todo cuanto deseamos de corazón.

Si tenemos "aunque sea la fe equivalente a un grano de mostaza,moverás montañas.Sabrás que eso está presente porque yo digo que está presente;porque yo digo que,incluso antes de que me preguntes,habré respondido;porque yo digo y os lo he dicho de todas las maneras concebibles,a través de cualquier maestra que me puedas mencionar,que,sea lo que sea lo que queráis,si lo queréis en Mi Nombre,así será."

Por eso,ninguna oración queda sin respuesta.Toda oración es una ferviente afirmación de lo que ya es.

La oración se convierte en una plegaria de acción de gracias,cuando entendemos que no necesitamos pedir nada: Dios nos da todo cuanto deseamos de corazón,

Hasta el próximo encuentro...

"Sin embargo, si confío en que los rieles son mi destino, en que Dios guía la máquina,esta pesadilla se transforma en excitación.Pasa a ser exactamente lo que es,una montaña rusa,un juego seguro y fiable,que va a llegar hasta el final,pero mientras dure el viaje,tengo que ver el paisaje alrededor,gritar de excitación".
Esta reflexión la hace María,la prostituta protagonista de la última novela de Pablo Coelho: ONCE MINUTOS; encierra el significado,el sentido de la vida.
A veces sentimos que los problemas y las dificultades que nos agobian son castigos de Dios y,a menudo,creemos que sólo nos pasa a nosotros.Cuando Dios permite que experimentemos este tipo de cosas,simplemente nos está diciendo que él está allí,a nuestro lado,para brindarnos la fortaleza necesaria.Dios está siempre que uno quiera dejarlo entrar y si dejamos todo en sus manos,tendremos la certeza de María: un final feliz.
No podemos pensar en una vida estática:sin angustias,sin problemas,sin tristezas,sin dolor...,pero tenemos la oportunidad de elegir un camino más seguro: el camino del amor incondicional de Dios. Esto no quiere decir que viviremos sin penas o contratiempos.Al contrario,las tendremos pero sabiendo que Dios está probándonos y,al mismo tiempo,avivando la chispa de la fe en nuestros corazones.
La María de Coelho, eligió la emoción de la montaña rusa: excitación,vértigo,aventura... Prefirió vivir la vida plenamente a imaginarse en un tiovivo: girando y girando alrededor de lo mismo.
Si asumimos la vida como un parque de atracciones,seremos pocos los que elegimos el camino escabroso sabiendo que existe uno más limpio.Pero,para comprender la razón de nuestra existencia,debemos soportar cada golpe con madurez y fortaleza.Al final,de seguro,nos esperan grandes bendiciones.
Hasta el próximo encuentro...