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Catequesis Respuesta para el Compromiso
 
4. DIMENSIÓN COMUNITARIA DE LA CATEQUESIS

"Se comprueba que las pequeñas comunidades, sobre todo las CEB, son ambiente propicio para el resurgimiento de los nuevos servicios eclesiales. En ellas se ha difundido mucho la catequesis y la educación de la fe de los adultos, en formas mas adecuadas al pueblo sencillo" Puebla, 477).
Con esta cita de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, se pone de manifiesto la estrecha relación existente entre la comunidad cristiana y la catequesis, hasta el punto de hacer de esta relación uno de los criterios fundamentales para discernir y desarrollar la auténtica catequesis cristiana.
La insistencia en el ambiente catequístico, en resituar la catequesis dentro de la comunidad cristiana no es algo novedoso, sino el reconocimiento de que solo dentro de la comunidad es posible vivir la fe cristiana. En este sentido se puede afirmar que la catequesis realizada en la comunidad es necesaria, mas todavía, es indispensable, ya que si esta no se incluye en la vida ordinaria, si no se realiza desde el acontecimiento del individuo, se corre con el peligro de quedar sin efecto.
Esta dimensión comunitaria de la catequesis encierra ideas muy válidas y operativas para la acción educativa de la fe; las podemos sintetizar en cuatro afirmaciones fundamentales:

1. La comunidad cristiana es el origen de la catequesis.
2. La comunidad cristiana es el lugar de la catequesis.
3. La comunidad cristiana es el agente responsable de la catequesis.
4. La comunidad cristiana es la meta de la catequesis.

1.- La comunidad cristiana, origen de la catequesis: se afirma, y con razón, que es ella, la comunidad cristiana, el signo a través del cual se realiza la salvación Que Dios ofrece a los hombres en Jesucristo, de igual manera se afirma que toda acción pastoral tiene su origen en la comunidad eclesial.
Por todo esto, la catequesis, como servicio pastoral de la Palabra, es una acción específica de la comunidad cristiana. Su objetivo, que es iniciar y fundamentar en la fe de la comunidad creyente, hace que la catequesis sea necesariamente inseparable de la vida de la Iglesia.
Todo proceso catequético debe suponer para quien lo sigue una auténtica experiencia de Iglesia; en él, lo que el catequizado realiza, en comunión con los demás creyentes, es una toma de conciencia progresiva de lo que la Iglesia cree, vive, celebra y anuncia. En la catequesis la Iglesia se va manifestando como realidad sacramental de salvación.
La catequesis, que tiene su origen y su meta en la comunidad cristiana, no puede separarse de la vida de la Iglesia de la que es expresión y manifestación. Y por eso su eficacia no va a depender solamente de la atención que se preste al método y técnica con que se ha de realizar; la catequesis, para ser verdaderamente significativa y poder conseguir sus objetivos, necesitará del testimonio de vida de la comunidad eclesial.
Precisamente la dificultad principal que encontramos con frecuencia los catequistas en la realización del ministerio es la falta del testimonio significativo de una auténtica comunidad de creyentes.

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