31 diciembre. Juan 1,1-18

Juan 1,1-18 En oración sabemos agradecer

No decimos adiós sino gracias.

1. Porque Dios se encarnó e hizo casa entre nosotros. Jesús se ha hecho uno de nosotros, con carne y sangre como nosotros. Cuando decimos que hizo casa (tienda) es su cuerpo, permanece entre nosotros como uno de nosotros. Jesús se estableció ahí, para vivir ahí. Y por eso, es que es Navidad. Dios entre nosotros. Todos hemos hecho un gran esfuerzo por preparar su llegada, recibirlo, para eso fue todo el adviento.

2. Respondamos: ¿Por qué Dios hizo eso? · Primero, para quedarse y vivir entre nosotros. Lo hace para transformarnos, para conocernos. Él se hace carne para conocer nuestra fragilidad, nuestra pequeñez, nuestro dolor. ¿Acaso no camina entre nosotros en escases, en la falta de seguridad, de medicinas, de calidad de vida? · Segundo, nos despierta a la verdad. Él no llega para drogarnos o que nos quedemos cruzados de brazos esperando que nos resuelva todo. No. Todo lo contrario, para que entandamos que esta palabra (Evangelio) es luz y vida. Porque, puede ser, que muchos, aunque estemos aquí, digamos: ¿qué agradecer, sin lo que he pasado es roncha? ¿Todo ha sido a punta de arenque, mango y lentejas? Y, repito, aunque estén aquí, Dios no hace casa, tienda en su corazón.

3. Un agradecimiento que se celebra. Sabemos que todo no es color de rosas y que no ha sido fácil este año, pero si hemos experimentado que Dios nos ha acompañado. Todo, porque somos muchos los que hemos ido a la casa del Señor. ¡Sagrario!, no tanto para pedirle, sino para contemplarlo y de allí sacar fuerzas para proseguir. ¿Qué ha sido largo y difícil el camino? Claro que sí. Pero aquí estamos. Estropeados, sacudidos, pero no destruidos. Busquemos en la biblia a 2 Corintios 4,8-9 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos. Delante del Sagrario hemos encontrado a una Venezuela herida y la estamos sanando, pues la oración nos permite agradecer y celebrar. Hemos encontrado a una familia desunida y hemos conectado como bisagra para unir y motivar. Hemos sanado pasados y heridas que nos atormentaban. Hemos dejado a tras muchos malos recuerdos y los hemos superado con la fe y la esperanza en un Dios que nos acompaña. ¿Cuánto bien nos hizo y nos va a hacer el Santísimo en la Custodia, delante de nosotros. Las 12 horas por la paz y la libertad. Las misas dominicales reflexiones para la vida y experiencias del amor de Dios para con todos. Los retiros en ese detenerse para reflexionar y proseguir. Ese tema tan hermoso de la oración que nos ha conquistado. Y ahora, con el nuevo tema misionar es amar. “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todos” (Marcos 16,15)

Para mañana 1 de enero. Lucas 2,16-21 Así como los pastores salgamos al encuentro de María que nos da a Jesús para los más lejanos. Responderemos:

María Madre de Dios y Madre nuestra.

Del texto bíblico de hoy. (2 secretos)

Madre para qué…

Una Madre que no se guarda a Jesús para sí.

Junto a María los deseos por la paz. El Papa Francisco en su tradicional Mensaje por la Jornada Mundial de la paz nos invita a pensar en los Migrantes y Refugiados

Padre Marcelo. @padrerivas @padrerisama


Oremos por Venezuela

Antes de las 12 campanadas.

Una Venezuela de realidades muy crueles.

Vivir sometidos no es vida. Es estar atados a quien hace sufrir y sigue sonriendo.

De un minuto a otro se desarrollan noticias-sucesos en nuestro país que uno es mayor que el otro. No nos queda tiempo ni de soñar, ni de pensar, ni de buscar soluciones a este drama tan cruel y dantesco. No estoy siendo exagerado, sino que después de 20 años de torturas y seguir no es aguante, sino de complacencia dejando que sigan haciendo con ganas y sonrisas todo el daño que se continúa a diario.

Ya van apareciendo informaciones muy tristes que ojalá nos despierten. 81.4 homicidios por cada 100 mil habitantes. 23.047 personas fallecieron por causas violentas Hubo 10.422 homicidios 5.102 muertes continúan en investigación (Datos del Observatorio Venezolano de la Violencia, 27 diciembre 2018)

Por tanto, vivimos en una Venezuela muy, pero muy violenta donde los Estados más violentos son Aragua (168) Miranda (124) Bolívar (107) Distrito Capital (100) Sucre (97) Y donde del Estado Sucre se afirma que somos puerto y aeropuerto de la droga que sale por el Mar Caribe.

Esta violencia se da por la misma situación de impunidad, es decir, muchos actúan sin que se les detenga. Muchos prosiguen el camino de la corrupción, del bachaqueo, de la matraca, de valerse de un uniforme y de su posición para seguir haciendo acciones de expertos hampones. Esto trae, de inmediato, consecuencias dolorosas como huir del país, hacerse más pobres delante de la hiperinflación. O creando ambiente criminales como en el Estado Táchira donde la guerrilla y grupos paramilitares agreden, amenazan y matan a quien no le obedezcan. Es lo que llama el Observatorio "paz criminal"

Viviendo, en estos momentos, unas calles tan violentas que nos convertimos, otra vez, en el país con mayor índice de homicidios del globo terráqueo. (81.4) Sin olvidar que el Municipio del Callao es el más violento del país con 619,8 muertes pro cada 100 mil habitantes. Sin olvidar al municipio violento de Guasipati. Aunque si miramos al año 2017 habrá que decir, según el Observatorio, que han disminuido la violencia y ha sido porque los cuerpos represivos han salido a eliminar delincuentes. Muchos delincuentes se han ido del país. Y los datos reales son cada día más escondidos y engavetados.

A lo anterior se une la sorpresa, donde es verdad que no hay una tarjeta de racionamiento como tal, pero si la bolsa o la caja del “clap” que junto al carnet de la patria va creando sumisión, conformismo y hasta apatía para reclamar y buscar soluciones. Sin olvidar el abandono a centros hospitalarios; la no existencia de medicamentos; el alto costo o el no a la medicación a enfermedades que van apareciendo después de los 60 años.

Vivimos un drama doloroso y que produce mucha violencia (Rabia interna) A esto se une la ausencia del transporte público, del gas doméstico y una economía de un grave callejón sin salida. (Bien confirmado por Putin) donde el gasto siempre supera a los ingresos. Aquí las comparaciones son odiosas, pero mirando a países africanos como Libia y Somalia, nosotros nos quedamos con mayor atraso, pues ellos han tenido avances, nosotros cada día retrocedemos más y más. Ya somos más que un estado fallido o forajido. Con esto quiero decir, que el gobierno ha perdido toda capacidad para resolver hasta lo más mínimo. (Monseñor Víctor Hugo)

Volviendo a cierta conciencia, sin caer en la trampa de volverme a dormir, debo invitar a todos a que no se nos olvide que la libertad no debe ser robada por nadie, Dios nos hizo libres. Esa libertad tiene un precio. Hay que luchar. No acostumbrarnos (Obispos Venezolanos) Llega la hora de que los venezolanos nos decidamos, de una vez por todas a ponerle fin a todo este drama tan cruel y de dimensiones indignas.

Por tanto nada de subsidios ni para pobres, ni para ricos. Trabajo y apertura a la libre empresa donde haya esfuerzo en la oferta y la demanda. Nada de parásitos esperando la dadivas de quien nos explota. Que nos dejen desarrollar los talentos sin muletas de un estado incompetente y corrupto.

Que nadie se acostumbre a esta parodia de vida que desgasta, somete y esclaviza. Y que nadie se haga el ciego, sordo y mudo ante la situación ya que hacerlo es ponerse al lado del villano.

De verdad y corazón no pierdo la esperanza. No les niego que a ratos me canso de esperar, pero igualmente confío en que las cosas buenas ya están por venir. Todo porque la patria es mayor que un pedazo de pernil congelado y que ya es la hora de protagonismo verdadero por una Venezuela que espera por todos

Dios no abandona.

Somos nosotros que nos abandonamos.

Padre Marcelo. @padrerivas

Despertar del niño

Para Despertar al niño Jesús en el hogar

Se reúne toda la familia faltando 15 minutos para las doce de la noche. El Niño Jesús se coloca en un pañuelo sostenido por cuatro personas de la familia. Todos con velas encendidas. Y en un recipiente agua bendita.

Se hace el canto de un aguinaldo.

Papá o Mamá leen en voz alta: Señor Dios, en esta noche santa, reunidos como familia, queremos darte gracias por la vida, que siempre será regalo de tu amor. Hoy, en la humildad de la noche, te esperamos con todo nuestro amor para amarnos y perdonarnos. Ven pronto que te esperamos.

A continuación cada uno de los presentes hace una oración de agradecimiento y petición. Termina con el Roguemos al Señor y todos respondemos: te lo pedimos Señor.

Se reza el Padrenuestro, una avemaría

El Papá o la Mamá bendicen a los presentes, haciendo la cruz en la frente.

Todos besan al niño y se canta Niño Lindo

Se hace una pequeña procesión con las velas encendidas y el niño en el pañuelo

Al regreso de la procesión, se dan el abrazo de la feliz Navidad y se reparten los regalos, el brindis, la cena…

Padre Marcelo. @padrerivas



Navidad un reto para…

Vivimos tan ocupados. Tan angustiados que parece que la Navidad, o por lo menos, este tiempo, nos acelera más las preocupaciones. Todo porque corremos tras cosas y al no poderlas tenerlas caemos en algo que llaman “desgracia”

Intento, pues, unirme a la búsqueda de más que un escape, unas alternativas para una Feliz Navidad.

1. Preparación. No es el encontrar los ingredientes para una torta negra, sino saberla hacer. Comenzar por la realidad. Tiempo que no les escribo, no les llamo, tiempo que… no tengo contacto con mi familia. Entonces, me decido a hacerlo, primera reflexión. Esto me indica que he dejado atrás el miedo. En ese llamado-escrito o conversa trato de invitarles.

2. Ser consciente de la lejanía. Vivimos alejados no en kilómetros, sino en afectos. Y será por eso que cuando nos reunimos peleamos. Por eso hay que saber para qué nos reunimos. Aquí no p8ede prevalecer lo individual, sino lo familiar, lo comunitario. Claro, que no es un tonto complacer para salir del paso, sino reunirse para sumar afectos, encuentros, cariños de hogar. Lo que llamamos los aires natales.

3. Sin olvidar lo esencial. Nada de traer nuestras propias decepciones o recuerdos punzantes de un ayer arrastrado y mal intencionado. Lo esencial está, siempre, enmarcado en una reunión familiar para un sano encuentro de amor y esperanza. Tampoco caer en la borrachera o la tragazón sin más. Aquí es perseguir un único objetivo: cantar juntos, abrazarnos y ubicar a Dios en nuestros corazones, compartiendo la comida y así disfrutar en familia.

4. Vivir lo que se hace. No nos podemos quedar en una participación hipócrita y de cumplimiento. Es observar algunos detalles muy importantes: nada de chismes ofensivos, recuerdos con pase de factura, sacar en cara. Es destacar un arbolito con las fotos de infancia, adornos de la casa vieja, de aquel paseo, de aquellos cumpleaños… Es destacar la alegría y el gozo de una familia bella y unida. Saber pedir ayuda y saber que la Navidad pasa en el tiempo y debemos experimentar alegría de poder reunirnos, encontrarnos.

5. Todos importantes. Todos participamos. Nada de parcialidades. No es que yo porque tengo los abrumo y por una risa aparece una burla. En la invitación palabras familiares, frases alegadoras y recuerdos reconfortantes. Para ello colocar algunas reglas. Por ejemplo acerca de los intercambios de regalos o a la hora de traer la comida o el postre. No todos tiene la misma velocidad. E incluso habilidad.

6. Todos tienen cosas importantes que contar. Déjelos hablar. Nada de decir el costo o valor de lo obsequiado. Complacer peticiones en canciones o en algún juego. Lo importante no es consumir, sino que se debe dar oportunidad a recibir del otro. Todos actores, nadie arrinconado o con el celular embebido en distracción o lejanía.

7. No olvidar que es Navidad. Tiempo para conquistar y sanar corazones. Llegada del Niño Dios que nos trae salvación. Por tanto, un momento de oración sin fanatismos. Es, por tanto, una fiesta. Y a la fiesta se viene a gozar a divertirse.

8. Saber qué sucederá lo inesperado. El hermano que se pasó de tragos. La cuñada que opinó imprudentemente. El sobrino más pequeño que rompió aquello… Habrá que saber comportarse. Lo material, la ofensa se podrá reparar, pero la Navidad es tan breve que no espera a nadie. Por tanto hay que conservarla, vivirla y darla a conocer.

A todos, de corazón, ¡Feliz Navidad!

Padre Marcelo. @padrerivas


Adviento